Cuando el amor duele: Aprendes y sigues o te frustras y sufres
Estar enamoradas es uno de los estados más hermosos que podemos vivir, la alegría y motivación nos invaden y nos hacen saborear la vida de diferente manera.
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Sin embargo, cuando el amor duele, cuando el amor llega a su fin por el motivo que sea, nos pone ante 2 perspectivas de vida básicas: Aprendes y sigues o te frustras y sufres.
Y es que después de algunos corazones partidos por relaciones fugaces (por no durar lo que prometían), el corazón se hace más fuerte.
Te invitamos a que agarres aire, fuerza y ganas, ganas de estar bien contigo a pesar de las pruebas de la vida.
Fuerza para que nada ajeno a ti, te tumbe, aire para que cuando las lágrimas sanadoras lleguen, puedas irlas despidiendo entre suspiros.
Porque lo peor que puedes hacer es frustrarte y sufrir por lo que no fue.
¡Aprende y sigue!
Perdona y perdónate, pero sobre todo, aprende. La lección, a ser o no ser como las personas, a siempre ser tú pero mejor.
Aprende a valorarte y a distinguir los nuevos destinos a los que la vida de orilla a conocer.
Sigue, sigue despacio o rápido pero a tu paso, con tu ritmo, sin cargar equipaje o recuerdos innecesarios.
Avanza de tal manera que lejos de estancarte, te lleves de cada sitio lo mejor, de cada corazón lo que te suma.
Pregúntate lo que quieras, pero no te aferres al encontrar respuestas que llegarán después, con la mente el calma y corazón limpio.
No te frustres…
Porque la frustración le abre la puerta a la desesperación y a la amargura, tu vida siempre debe girar en torno a ti, no alrededor de los sentimientos de tu pareja.
Si te detienes…
En ocasiones está bien detenerse para tomar impulso y encontrar una nueva dirección, pero no te pongas cómoda en el papel de la desdicha.
No trates de convencerte de que tu tristeza es tu mejor compañía porque puede después de un tiempo puede volverse tu peor consejera.
¿Para qué sufrir?
Vive tu tristeza y todas las emociones negativas que se presenten, pero no te fundas con ellas.
A Buda le atribuyen esta frase: «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional».
Así que… Deja de sufrir por lo que no es para ti o por lo que, al menos ahorita, no es su momento.
Piensa en todas las cosas maravillosas que tienes, los retos que has dejado atrás y trabaja tus emociones.
Quiérete, háblate bonito, arréglate para ti y deja que el tiempo sea tu aliado para continuar por ti y para ti.
Sí, el amor duele, pero esto no debe detenerte, un rompimiento no es el fin, es un nuevo comienzo.
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