Corea del Sur tiene una gran lección que enseñarle a los hombres mexicanos.
Pink Light Campaign es una campaña que le recuerda a los usuarios del transporte público la importancia de ofrecerle un lugar a las mujeres embarazadas.
Este prototipo se está probado en la ciudad de Busan y consiste en un sensor que se activa cuando las mamás entran a los vagones del metro, encendiendo una luz rosa que alerta a los demás pasajeros de su presencia.
Cuando la mamá se sienta, la luz se apaga.
Las mujeres embarazadas se tienen que registrar en una página web que hará una confirmación de su embarazo y luego les enviará el sensor que podrán cargar en la bolsa.
Esta gran idea hace que todas las personas se enteren de que hay una mujer embarazada a bordo, evitando malos entendidos (del tipo no estoy embarazada, sólo soy panzona, gracias) y obligando a cualquier persona que esté sentada bajo la luz a levantarse y cederle el asiento a la mujer que trae un bebé cargando dentro. Es una manera muy simple de avergonzar a cualquiera que no se quisiera levantar… La luz se apaga en el momento en que la mamá se sienta. Aquí les dejamos el comercial coreano: Sería divertidísimo ver lo que sucedería en la Ciudad de México si se intentara hacer uso de un dispositivo así… Nos imaginamos algo como sensores piratas que te venden por 10 pesos, embarazos ficticios y luces apagadas a golpes.