Atrás quedaron las preocupaciones por un empleo estable, una relación de pareja funcional y hasta por conseguir cierta seguridad económica.
Ahora, la prioridad de casi todas nosotras suele estar centrada en un mismo desafío: tener la libertad de escoger las cosas que pasan en nuestra vida.
O, por lo menos, tener la libertad de definir lo que es la felicidad en nuestros propios términos.
A su vez, la importancia que le hemos asignado a la libertad, se ha visto reflejada en el mayor número de alternativas que tenemos para elegir.
Tanto en decisiones que marcarán nuestra vida (cuál carrera estudiar y a cuál universidad asistir), como en otras un tanto banales (el tipo de app que deberíamos descargar).
Lo cierto es que en la actualidad hay muchas opciones, y esa diversidad de vías se ha asociado con el propio concepto de felicidad.
Pero bien, ¿toda esa libertad es tan beneficiosa como parece? ¿Realmente nos hará felices? Nosotros creemos que no es así y aquí te decimos porqué:
1. Muchas opciones puede crear muchas dudas
No es un secreto que tener muchas opciones también puede producir dilación y parálisis. Por ejemplo, si Apple lanzara 100 modelos de teléfonos diferentes, lo más seguro es que sus ventas bajarían debido al número de posibilidades a elegir. El consumidor se tardaría más en tomar la decisión «correcta» e incluso a mitad del análisis podría desistir de adquirirlo.
Entonces, cuando hay muchas posibilidades de elección, las personas pueden abrumarse tanto que pueden terminar renunciando a tomar una decisión.
2. Muchas opciones pueden generar muchas expectativas
Cuando tienes muchas alternativas, no sólo eres más meticulosa evaluando sus pros y contras, sino que creas expectativas más altas de cada una de ellas. Entonces cuando te das cuenta que no están acorde con la realidad, tiendes a padecer insatisfacción y con ello a sentirte infeliz.
3. Muchas opciones genera desorientación
Creer que tenemos un número ilimitados de posibilidades, no podría hacer perder el norte y el sentido de lo queremos para nuestra vida. Y si bien, necesitamos libertad para expandirnos y crecer, también es indispensable tener limitaciones que le den forma y sentido a un plan que previamente hemos diseñado.
En este sentido, la sensación de estar en el limbo, nos conduce a la insatisfacción y al sentimiento de tristeza.
¿Te has sentido así? Cuéntanos tu experiencia…