Cuando nos convertimos en madres enfrentamos cambios emocionales que pueden desencadenar una depresión post parto.
Un padecimiento que es muy común entre las primerizas y que puede provocar hasta el rechazo del recién nacido, o en casos más graves, hasta causarle daño.
Por lo general aparece durante los primeros 12 meses después del parto, y los especialistas consideran que su ocurrencia está asociada a cierta predisposición genética, además de cambios hormonales experimentados durante el embarazo.
Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh arrojó nuevas luces sobre este tipo de depresiones.
De acuerdo a la investigación, el suministro de epidural (un anestésico que disminuye la intensidad de las contracciones) podría reducir la probabilidad de una depresión post parto.
Y es que, según explica la investigadora Grace Lim, el dolor del parto puede ser psicológicamente perjudicial para algunas mujeres y desempeñar un papel importante en el desarrollo de un cambio emocional negativo.
«Encontramos que ciertas mujeres que experimentan alivio con la epidural son menos propensas a presentar síntomas depresivos en el período post parto», dijo Grace.
En el estudio, se evaluaron registros médicos de 201 mujeres a las que se les suministró epidural para aliviar el dolor de parto, y que posteriormente (después de seis meses) fueron sometidas a una evaluación psicológica.
Los resultados demostraron que cuanto más alivio obtuvo una mujer con la epidural, menor era el riesgo de padecer depresión postnatal.
Obviamente, aclaran los especialistas, este no es la forma de prevenir este tipo de transtorno, pero que sí se lograba reducir su incidencia.
Lo cierto es que utilizar o no epidural es una decisión de cada mujer ¡y que todos debemos respetar!