Cuando pensamos en una persona asexual nos imaginamos que no hay estímulo que pueda despertar nada en su interior. Para muchas de nosotras esto supone algo inconcebible, pero quien vive con una orientación asexual no tiene problema alguno.
Lo que sí tiene son fantasías sexuales, aunque no como las estamos imaginando.
En papel, el concepto de asexualidad es muy claro: personas que no experimentan atracción sexual hacia ninguna persona u objeto. Sin embargo, los científicos no tienen tan bien establecidos los parámetros de lo que puede ser una persona sin impulsos sexuales.
Y obviamente a muchos científicos les quema el cerebro y siguen estudiando de cerca este comportamiento. Por ejemplo, un grupo de investigadores de la Universidad de British Columbia realizaron una encuesta entre 739 personas, 351 de ellas asexuales (según un inventario de parámetros), sobre diferentes experiencias sexuales y fantasías.
Los resultados, publicados en los archivos de comportamiento sexual, sugieren que la etiqueta «asexual» puede ser una generalización bastante absurda, es decir, que debe afinarse. Digamos que encontraron que decir asexual es lo mismo que decir gay, una agrupación genérica de una orientación con cientos de matices.
Por poner un ejemplo, 47% de las mujeres asexuales y 75% de los hombres asexuales reportaron experimentar fantasías sexuales que los llevaban a la masturbación, independientemente de su falta de atracción sexual hacia otras personas.
Un dato interesante que arrojó esta investigación es la relación entre fantasías sexuales y la realización de éstas. Durante años se ha creído que una fantasía expresa el deseo interno de quién la experimenta, pero este estudio demostró que los participantes no necesariamente actúan sobre estos supuestos deseos.
Un individuo asexual puede no experimentar atracción sexual, pero sí puede tener fantasías que le faciliten la excitación psicológica para terminar en la masturbación, algo que para muchos es una necesidad fisiológica del cuerpo, tanto así como comer.
En estos casos, las fantasías sexuales no son un reflejo de los deseos más íntimos de la persona. Este estudio no estaba enfocado en determinar si esto se debe a que el individuo no puede actuar sobre estos deseos (en el caso de que la fantasía sea con un personaje ficticio) o porque involucra otros aspectos de los encuentros sexuales.
Lo que quedó claro es que las fantasías sexuales y la masturbación no tienen mucho que ver con la atracción sexual hacia otras personas.
¿Sobre qué fantasean las personas asexuales?
Como parte del estudio se pudieron identificar diferentes fantasías de las personas catalogadas como asexuales:
-Personajes ficticios que interactúan entre sí (no con la persona que tiene la fantasía)
-Personajes de la vida real con los que no interactúan, ni en la vida ni en la fantasía.
-Algunas personas asexuales disfrutan viendo a parejas que no conocen disfrutar de su vida sexual.
En lo que muchas personas asexuales coinciden respecto a sus fantasías, es que rara vez participan o están en ellas. Es decir, imaginan a otros personajes involucrándose sexualmente.
Y recurren más a personajes ficticios, ya sea de cine, televisión o literatura, y crean su propia mezcla de historias entre románticas y sexuales que les satisfaga mentalmente, aunque ellos no sean parte de la trama.
¿Qué tal? Sin duda la mente humana aún nos guarda cientos de misterios.