Sí, la pasión, la confianza, la comunicación, la ternura, la comprensión, la empatía, el entendimiento sexual, el respeto, la diversión y la complicidad son vitales en una relación que desea durar mucho tiempo.
Pero, no sólo se trata de contar con las características que acabamos de mecionar, el reto está en que las personas involucradas tengan sus vidas en equilibrio y la relación se construya en ése terrerno estable, donde la individualidad de cada uno sea parte y esté en función del amor.
Esta individualidad es tan importante como la misma pasión, pues si ambos pierden lo que los hace auténticos, hay más riesgo de que se pierda la admiración.
Cuando dejamos que la individualidad se escurra en nuestra rutina y dejamos de ser quienes somos por miedo, inseguridades o apegos emocionales, comenzamos a apagarnos, pues dejamos a un lado sueños y metas que nos delimitan como personas.
Sin desarrollarnos como personas, como individuos, es fácil que nuestra pareja nos deje de admirar, pues sepultamos lo que nos hace especiales y nos convertimos en personas que dejan de vivir para sólo cumplir los días que marca el calendario, con días buenos y malos pero sin expectativas.
Sin admiración, es más fácil que llegue alguien más que haga a la otra persona abrir los ojos, que se sienta atraído e interesado en alguien con brío y entusiasmo en algo, además que tenga energía para lograrlo.
¡Ojo! Hay otra situación que puede asomarse y marcar peligro, el hecho de que tu pareja sea la que te obligue a perder tu individualidad, que te arranque tus ilusiones y te obligue, con chantajes o enojos, por ejemplo a dejar de correr en las mañanas…
La individualidad y la admiración, no son lo mismo, pero son como las vías del tren, compañeras, no se tocan pero van al mismo lugar y una necesita de la otra.
Por supuesto que todo se complica cuando le ponemos la condición: debe ser mutuo.
Si cada uno mantiene su individualidad y se admiran mutuamente, es probable de que su amor pueda seguir creciendo con respeto y armonía.
Así que sorprende a tu pareja y déjate sorprender por sus logros, no es necesario que empiece/termine el doctorado en Harvard, se trata de que aprecies aquello que lo hace una buena persona y que estés con él cuando cumpla alguna de sus metas. Tu pareja debe de hacer lo mismo contigo.