Para él fue muy difícil contestar mi «te amo» de la misma forma…
Lo conocí hace más de un año y desde el primer instante sentí que él sería el “amor de mi vida” (que ingenua).
Sentí la chispa desde el primer día y él se encargó de que me enamorara en cuestión de segundos. Cada momento a su lado era único y me hacía sentir la mujer más amada del mundo.
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Los dos habíamos pasado por difíciles rupturas y después de ellas le dimos un tiempo al amor para sanar las heridas hasta que nos encontramos y sabíamos que estábamos listos para amar nuevamente.
No sé si mis sentimientos fueron demasiado rápidos o simplemente no se trataba del tiempo, sino de estar con la persona correcta.
Aunque al principio tratamos de ser amigos, lo nuestro fue más allá y comenzamos una relación.
Todo iba tan bien e incluso me atrevo a decir que era “perfecta”.
Estaba 100% segura de que él sentía lo mismo que yo, que no solo era cuestión de decir ciertas palabras, sino de demostrarlas.
Le dije “te amo” y me contestó “jaja, qué padre”
Nunca había temido demostrar mi cariño, cada vez que puedo le digo te quiero o te amo a mis seres queridos, pero hoy la historia es diferente.
Estábamos descansando mientras veíamos Netflix, él me miraba y sonreía, lo único que pude decir a esa muestra de cariño fue “te amo”.
Me pareció algo tan normal, como si se lo hubiera dicho todos los días, sin embargo, supe que no era así cuando él me contestó, jaja que padre y se volteó a ver la televisión.
Yo seguía mirándolo en shock y él lo único que pudo hacer fue correr al baño. No lo entendía, ¿acaso no sentíamos lo mismo?
Cuando decidió salir de su escondite, me dijo, “yo también”. Él quería fingir que el momento seguía y que no había dicho tan mala contestación, que podía remediarlo y demostrarme su amor.
Para mí ya era tarde, no se trataba de que no me dijera esas palabras, simplemente me estaba demostrando que me apreciaba, pero nada más.
No deseaba estar al lado de alguien que solo me quisiera, necesitaba a una persona que me amará en los buenos y malos días y principalmente que no temiera demostrármelo.
Sí aún lo amo, pero a esta edad ya no estoy tratando de convencer a nadie de que quiera estar a mi lado, de que me ame como yo lo hago.
Ya no tengo necesidad de hacerlo, pues se que merezco todo el amor del mundo y no un “qué padre”.
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