«Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor», dijo hace años Antoine de Saint-Exúpery, sí, el autor de El Principito, y hoy queremos decirte por qué le damos la razón al escritor francés.
-8 cosas que pasan inadvertidas y están arruinando tu relación
-Spornosexual: la nueva y peligrosa tendencia que muchos hombres padecen
¿Recuerdas a tu primer amor? Ése que te enseñó cómo era el revoloteo de las mariposas en el estómago, el que en un beso te llevó a las estrellas dejando tus zapatos en el suelo, el que te hacía perder el apetito o devorar lo que encontraras a tu paso por los nervios…
El primer amor es único y irrepetible, para muchas de nosotras, afortunadamente, pues su paso por nuestra vida fue igual de magnífico y decepcionante, sublime y confuso, eterno y efímero…
Cuando nos encontramos con un amor REAL
Generalmente el primer amor está lleno de arrebatos, entrega, pasión, locura, riesgos y de muchos sacrificios que quizá nunca más nos atrevamos a hacer y no porque no amemos, pero las etapas de la vida y las condiciones en las que surgen las relaciones llegan a cambiar tanto que simplemente es imposible.
¿Recuerdas lo que fuiste capaz de hacer por tu primer amor? ¿Recuerdas lo que significaba estar enojada? Era imposible dormir, comer, leer, estudiar… Le escribías o llamabas hasta que las cosas se solucionaran. Ahora, prefieres dar un poco de espacio para que las cosas se enfríen y se pueda hablar con calma.
El primer amor llega de golpe, sin aviso ni barreras, damos más de nuestro 100%, nos cobija y nos aloja en episodios que guardaremos como tesoro y que contaremos a quien necesite de nuestra experiencia.
Si tú te quedaste con tu primer amor, quizá no tengas idea de lo que significa aceptar y resignarte de que la historia no terminara como querías, que debías seguir tu vida recordando su aroma y respirando lejos de su aliento, besar otras sonrisas y sólo recordarlo como tu primer amor… no el último, porque la vida sigue.
Pero una vez pasado el trauma de la separación, cuando el corazón se levanta y se reconstruye, vienen más historias, en los que por momentos se asoman miedos y nostalgias, pero a final de cuentas, sobresale la esperanza y la oportunidad de volverlo a intentar.
Entonces, con la lección aprendida, nos enfrentamos a un nuevo amor, lo hacemos con tiento, más despacio, más medido, más maduro, pero no por eso, menos importante o intenso.
Es un amor diferente, un amor comprendido, un amor igual de REAL pero cuidándonos más, dando el 100% pero dejando que la otra persona coloque también su 100%.
No es nada fácil y no siempre llega a funcionar en el primero, segundo o tercer intento, pero siempre se aprende y la experiencia se agradece.
Sí, el primer amor siempre será esa experiencia devastadora y bella por igual, intensa al mil por ciento, inolvidable, pero los otros amores colocarán en nuestro corazón algo más, nuevas perspectivas de lo que pueden lograr 2 corazones unidos, sueños y metas renovadas de lo que esperas construir en pareja, tras haber aprendido con alguien más lo que te ayuda y aleja de ser feliz.
Son igual de afortunados los que se quedan con su primer amor y los que no, cada pareja es distinta, cada experiencia es única y cada corazón debe de asimilar lo que le toca vivir.
«Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor», ¿tú qué opinas?
-«Me enamoré como una mujer inteligente, como una idiota.»
