Ayer me encontré en Facebook un post que me ayudó a darle claridad a muchas cosas que estoy pasando en mi relación de pareja. Se trata de lo que hace un sapo al «adaptarse».
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El sapo se adapta
Es un relato breve pero no por eso deja de ser directo y real, al menos con la crisis que yo estoy atravesando y que seguramente es familiar para muchas personas más.
«Si agarras un sapo, lo pones en una olla con agua y llevas al fuego, observaras algo interesante: el sapo se adapta a la temperatura del agua, permanece dentro y continúa adaptándose al aumento de temperatura.
Pero cuando el agua llega al punto de ebullición, al sapo que le gustaría saltar de la olla, no puede, porque está demasiado débil y cansado debido a los esfuerzos que ha realizado para adaptarse a la temperatura.
Algunos dirían que lo que mató al sapo fue el agua hirviendo… en realidad lo que mató al sapo fue su incapacidad para decidir CUÁNDO saltar».
Y viene esta conclusión:
Así que deja de «adaptarte» a situaciones equivocadas, relaciones abusivas, amigos parasitos y muchas otras cosas que te «calientan». Si continúas adaptándote, corres el riesgo de «morir» por dentro.
¡Salta apenas puedas!
Así que, no hay mucho más que se pueda añadir…
¿Te identificaste con el sapo? ¿Sigues adaptándote, quemándote y perdiendo fuerzas porque alguien no baja su «temperatura» o temperamento?
Deja de adaptarte, deja de aferrarte a que sólo está en tus manos.
Desafortunadamente no encontramos el autor de esto y está publicado en diferentes páginas de Facebook como Las Travesuras del Inconsciente y Centro de Psicoterapia Ser Familia, pero ahora que lo conoces, aprende la lección y compártelo con quien crees que necesite aprender a no ser como el sapo.
Deja de dar todo lo que está en tus manos y enfócate en ti, si quieres seguir siendo un sapo por gentil y noble, está bien, pero salta en cuanto notes que la temperatura no baja.
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