Aunque no hay cura mágica contra el cáncer, si tu modificas tu dieta podrías llegar a reducir tus riesgos de padecer esta enfermedad.
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Aunque hay muchos factores como la genética que no podemos cambiar, muchos científicos creen que 70% de los factores están en nuestro control. Esto incluye dejar de fumar, bajarle al alcohol, hacer ejercicio y tener una dieta equilibrada.
Procura incluir los siguientes alimentos en tu dieta:
1. Fruta de postre.
Comerte una manzana, pera o cualquier mora silvestre es mucho mejor que una rebanada de pastel. Además, la familia de las bayas (fresa, frambuesa, mora azul, zarzamora…) contienen antocianinas, estos compuestos antioxidantes reducen el flujo sanguíneo a tumores cancerígenos.
2. Grasas buenas en vez de malas.
Evita las grasas trans que son encontradas en muchos productos fritos como papas a la francesa, pollo frito, pasteles, pizza… Sin embargo, existen grasas buenas encontradas en aceites (como el de oliva), pescado, nueces y aguacate.
3. La cebolla y sus familiares.
Éstos incluyen al cebollín, chalota, puerros, ajos y cebollas. El compuesto químico encontrado en esta familia que nos interesa es la alicina, ya que la familia se llama allium. Este compuesto tiene propiedades antioxidantes y se ha comprobado ayuda en contra de enfermedades.
4. Vegetales verdes.
Brócoli, espinaca, berros, acelga, etc… Estos vegetales no sólo adornan tu ensalada, sino que contienen muchas vitaminas, fibra y carotenoides.
Una dieta equilibrada y con estas opciones sí ayuda a disminuir tus riesgos de padecer cáncer. Sin embargo, no es una solución mágica, por eso acude a chequeos recurrentes si tienes antecedentes familiares de esta enfermedad.
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