La soledad es algo que padecemos todos en alguna etapa de la vida, que otros superamos, y que algunas llevamos hasta el punto más crónico.
Lo malo es que ese estado de individualidad absoluta puede no sólo afectar nuestra salud mental sino también física; e incluso aumentar el riesgo de una muerte prematura.
Para los especialistas, el impacto de la soledad puede ser equiparable a la del consumo del tabaco o la obesidad.
Ahora bien, ¿cómo la soledad puede afectar nuestro cuerpo? Te compartimos algunas de las 4 formas más comunes:
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1. Más riesgo a las enfermedades cardiovasculares.
La soledad aumenta 1/3 las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, tal es el caso de problemas del corazón o derrames cerebrales.
Por lo general, los solitarios tienden a sufrir más depresión, ansiedad; y a desarrollar problemas de sueño.
2. Más debilidad en el sistema inmunológico.
Según varios estudios de la Universidad de California y Chicago, la soledad es capaz de suprimir la eficacia del sistema inmunológico.
Esto se explica porque, de acuerdo a la investigación, las personas solitarias aumentan en un 12% la actividad de los genes llamados CTRA, que están involucrados de manera directa a la respuesta inmunológica.
Además, las personas que se mantienen aisladas desarrollan un estado de amenaza y de «hiperalerta» que debilita el bienestar del cuerpo en general.
3. Una elevación de la presión sanguínea.
La presión sanguínea elevada se conoce como hipertensión; y esa condición se asocia con el riesgo a derrames, ataques al corazón, problemas del riñón y hasta demencia.
4. Mayor riesgo de muerte prematura.
Según un estudio de la Universidad Brigham Young University de Estados Unidos, publicado en 2015, la soledad aumenta en 30% las posibilidades de muerte prematura.
Cuéntanos ¿qué otras consecuencias agregarías a esta lista?
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