Hay mucho que decir de las historias fugaces que duran toda la vida, aquellas relaciones que no siempre duran poco pero no duran lo que esperamos, esas historias que tienen un final precipitado.
Te recomendamos
-10 señales de que con esa pareja tienes lo que siempre quisiste
-7 encantos que tiene una mujer en los 30s para conquistar
Hay una frase resume a la perfección lo que hay detrás de un amor que no se dio, que sólo floreció en algunos besos y noches, pero que terminó porque no pudo ser de otra manera.
La distancia, el orgullo, el pasado, el miedo, la inestabilidad, la duda, todo pudo causarlo… Al final el amor no trasciende, se queda estancado en los recuerdos de lo que «pudo ser pero no fue».
La frase dice:
«Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encantaba mirarte distraído y que te hacía mío con sólo verte de lejos. Que adoraba tus lunares y tu cuello me parecía el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser».
Con respecto al origen de esta frase debemos decir que algunos se la adjudican a Julio Cortázar pues afirman que aparece en Rayuela (1963), otros se la otorgan a Estefanía Mitre y el debate en internet sigue presente.
Más allá del origen
Más allá de los detalles de su origen, la frase es útil para resumir un amor intenso pero fugaz, de esos que dejan marcas para toda la vida.
Pienso que todas tenemos a ese alguien que estuvo con nosotros una etapa y después se fue de nuestro lado para dejarnos una lección y ganas de más pero al mismo tiempo resignación de lo que no será.
¿Tú sabes a lo que nos referimos? ¿Cómo calificarías esta sensación? ¿Cómo se llama la persona a la que le dices: «Pero te quise y te quiero aunque estemos destinados a no ser…»?
