Todas sabemos que adquirir un nuevo hábito no es nada sencillo; al contrario, necesitamos esforzarnos y demostrar muchísima fuerza de voluntad…
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Ahora bien, como sabemos que NO somos tan disciplinadas ni tenemos el autocontrol que quisiéramos, te compartimos 5 estrategias diseñadas por expertos para alcanzar eso que nos hemos propuesto y sin decaer ante la primera tentación.
¡Toma nota y práctica!
1. Tensión muscular:
Tensar los músculos puede ser una eficaz alternativa cuando queremos tener autocontrol.
Por ejemplo, si sentimos mucha tentación por un pastel que tenemos al frente, lo que podemos es tensar los bíceps o los músculos de la mano durante un minuto para evitar comerlo y desviar nuestra atención.
Y es que según Iris W. Hung, experta de la Universidad de Singapur,»la mente y el cuerpo están tan estrechamente unidos que simplemente apretando los músculos se puede activar la fuerza de voluntad».
2. Buenas acciones
El experto Kurt Gray, de la Universidad de Harvard, ha comprobado en distintas investigaciones que una buena acción aumenta nuestra fuerza de voluntad y nuestra resistencia física.
«Tal vez la mejor manera de resistirse a una dona a media mañana es donar el dinero que costaría para una buena causa», pone como ejemplo Kurt.
3. Exponerse a la tentación
Un estudio de la Universidad de Chicago demostró que si una persona está a dieta, por ejemplo, fortalecerá su fuerza voluntad si es capaz de evitar comida tentadora que está a su alcance.
Entonces, y aunque parezca contradictorio, lo mejor para aumentar la fuerza de voluntad es exponiéndose a tentaciones reales.
4. Algo de distracción
Si cantamos, hacemos otra actividad o pensamos conscientemente en otra cosa cuando estamos siendo tentados, ¡lograremos controlarnos!
5. Cinco comidas al día
Y es que cuando nos falta glucosa en la sangre nuestra capacidad de autocontrol disminuye, o por lo menos, eso fue lo que reveló un estudio de la Universidad de Florida (EE UU).
Según la investigación, el cerebro utiliza la glucosa como combustible para procesos mentales más complejos, como el pensamiento y el autocontrol, por lo que al tener deficiencias no pensamos bien ni podemos perseverar en nuestros propósitos de manera adecuada.
