Si alguien te dijo que deberías tomar terapia y te ofendiste demasiado o lo tomaste como un insulto, tal vez, sí debas recurrir a este recurso.
Porque es muy probable que no te lo dijera para molestarte, sino para ayudarte. Lo sabemos, tú en este momento no lo ves así y creas que es un recurso innecesario, pero te equivocas.
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No te ha pasado por la mente tomar terapia porque sientes que todo está “bien” en tu vida o porque tú solita puedes con todos tus problemas y ahí está el motivo por el que debes acudir con un psicólogo.
Porque estás cargando con cosas, personas y problemas que no te corresponden y que solo te hacen daño, o incluso sí son tu responsabilidad, pero no las estás llevando al mejor lugar.
Por esto, a continuación, te diremos por qué deberías tomar terapia psicológica, aunque todo esté “bien” en tu vida…
Por qué deberías ir a terapia psicológica
1. Para mejorar tus relaciones.
Si algo ya es bueno, podría ser mejor, y tú te estás cerrando esa oportunidad al no querer ir a terapia.
Porque crees que no la necesitas o que todo va de maravilla con tus relaciones, pero la realidad puede ser otra y existan áreas en las que debes hacer cambios, para que todo sea mejor.
2. Encontrar un propósito y dirección.
Tal vez, creas que ya lo tienes o que tu vida no puede cambiar y te debes conformar con lo que hoy tienes.
Pero para esto es la terapia, para ver una luz al final del túnel o para dejar de aferrarte a cosas que no te hacen feliz y encontrar soluciones que te den paz y tranquilidad.
3. Romper patrones negativos.
Si más de una persona te ha recomendado a su psicólogo, es momento de aceptar que algo no estás haciendo bien.
Y que estás cometiendo conductas que te lastiman a ti y a otras personas que te quieren, incluso, que estás cayendo en acciones que otros te hicieron a ti. Y si quieres romper con el círculo, debes pedir ayuda.
4. Entender y gestionar tus emociones.
Si todo el tiempo estás bien y nunca te pasa nada, aunque la vida te dé un sinfín de golpes, es momento de ver que no estás gestionando tus emociones.
Y que solo estás fingiendo que nada te afecta o no te duele, porque no sabes entender tus emociones ni tampoco puedes expresarlas de la forma correcta.
5. Fortalecer tu autoestima.
Cuidar de ti y trabajar en tu amor propio siempre será una buena inversión, ya que, al hacerlo, te estarás dando lo mejor de ti.
Y, claro está, también podrás ganar confianza, sentirte mejor contigo misma y ver lo valiosa que eres.
6. Establecer límites saludables.
Si te cuesta decir que no, sientes que los demás se aprovechan de ti o estás cansada de dar y no recibir lo mismo, es momento de ir a terapia.
Porque ahí aprenderás herramientas que te ayudarán a priorizarte y a entender que no eres la mala del cuento al elegirte a ti antes que a los demás.
Incluso, también podrás ver a aquellas personas que no están para ti y que solo te utilizan a su conveniencia.
7. Desarrollar habilidades para afrontar la vida.
Si eres de las que nunca pide ayuda, cree que siempre puede con todo o que evade los problemas, debes saber que en la terapia, podrás obtener ayuda para enfrentar estas situaciones.
Porque aunque ya eres adulta, esto no significa que ya tengas las respuestas de todo o la vida resuelta, sino que a veces necesitamos el apoyo y orientación de otros para seguir adelante.
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