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¿Le das muchas vueltas al asunto? Eres presa del pensamiento excesivo

Relájate

¿Sabías de esto?

Las personas que llevan a cabo un pensamiento excesivo, son llamadas pensadores excesivos, y esta vez queremos profundizar un poco al respecto. Sigue leyendo.

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La vida está compuesta por etapas, momentos en los que la estabilidad o el desafío, nos harán encontrarnos con nuestro temperamento y prioridades.

Nuestra mente es el maestro de ceremonias, el director de orquesta, el compositor… Es la encargada de aterrizar y definir lo que somos desde el punto más profundo de nuestro ser.

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Unsplash/Taylor Deas-Melesh

Si está sana, nos sentimos bien y si no, nos sentimos de otra manera.

Pensamiento excesivo

Los pensadores excesivos son aquellos que no pueden frenar su mente, están todo el tiempo dándole vueltas a un asunto o a 3 en un minuto.

Su mente no tiene descanso y esto genera ansiedad, angustia o cansancio mental.

Por supuesto, lo que hay por dentro, se manifiesta afuera, ya sea en la salud física, en el carácter o en los hábitos de vida.

Suelen ser personas estancadas en estos pensamientos que, al estar volando sin llegar a algo, suelen nublar la vista de su pensador, por lo tanto, los hechos que sí definen la realidad, se ven borrosos o no son percibidos en la dimensión debida.

El pensamiento excesivo es un malestar mental que puede ser tratado por uno mismo, sin embargo, puede necesitarse la ayuda de un especialista.

Si quieres dejar de ser del club de pensadores excesivos.

1. Frena tu mente.

En cuanto identifiques que los pensamientos de tu mente se están reproduciendo, frénalos, trabaja en ello.

2. Observa los hechos.

Los hechos y no las palabras, promesas, suposiciones, ideas, y todo lo que sólo estás imaginando que es incierto.

3. Duda de lo que te dices.

Cuestiona tus pensamientos, es decir, si por tu mente pasa un «¿y si esto termina siendo rojo?», piensa, «¿por qué terminará siendo rojo si estoy haciendo todo para que sea azul?».

4. Concéntrate en la prioridad.

Y, ante problemas o retos, la solución es lo que importa, no el problema.

5. Medita.

O, al menos, trabaja en tu respiración, inhala 7 segundos, aguanta el aire 7 segundos y exhala en 7 segundos.

Domina tu mente o ella te dominará a ti.

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