No les quiero presumir mucho pero la semana pasada me encontré a Ryan Gosling en un parque en la ciudad de Los Ángeles.
Para empezar, quédense tranquilas, todos los que estábamos en los juegos nos portamos súper cool y nadie fue a acosarlo (aunque en secreto seguro todas y todos queríamos irle a pedir una foto).
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Ryan estaba con su hija mayor que debe de tener entre dos y tres años y estaban solos, sin niñeras, sin guardaespaldas, sin asistentes. Sólo papá e hija en el parque.
¿Lo que más me impresionó? No, no fue su cuerpo (que por cierto se ve más flaco), ni el derroche de carisma y sexiness, lo que más me impresionó fue que en ningún momento sacó su celular.
Por lo general, cuando los niños están en el parque, muchos papás (yo incluida) usamos este momento para tomarnos un respiro y poder ver el celular. Esto no está necesariamente mal, siempre y cuando no te desafanes por completo de tu hijo por estar checando tu Facebook.
Sin embargo, a veces como papás abusamos del uso del celular y nos perdemos de momentos increíbles de conexión con nuestros hijos.
Ya sé que hay veces que es el único momento que tienes para contestar mails, pero si te cachas que llevas 15 minutos viendo Instagram en vez de estar presente en el parque, tal vez te sirva el ejemplo de Ryan Gosling y decidas tomarte un tiempo para sentarte y ver a tu hijo jugar.
[Foto: Wikimedia Commons]