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Treintañera: ¡Ya se te está pasando el tren! (o eso es lo que creen los demás)

¡Están equivocados!

Tú estás forjando tu propio camino...

En este 2020 cumplí los ansiados y temidos 30 (inserte grito de película de miedo). Y muchos me dijeron: «ya se te está pasando el tren»… ¡¿Qué?!

Para mí cumplirlos no era algo tan especial, ni el fin del mundo, nunca he dejado que mi edad me límite a realizar algo que deseo.

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Sin embargo, con la pandemia, cuarentena y todos los acontecimientos de este año, no pude gozarlos como hubiera querido. Pero pu de reflexionarlos de una forma diferente.

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Los años no son un impedimento y no creo que tenga que hacer o dejar de hacer algo a cierta edad.

Sin embargo, vivo rodeada de personas que creen saber qué es lo mejor para mí.

Durante años he escuchado que debo estudiar más, trabajar menos, salir con fulanito, tener una casa y formar una familia.

Sus opiniones no son lo malo del asunto, el problema está en el cómo me las dicen.

¡Ya se te está pasando el tren!…

¿Cuál tren? ¿A dónde va ese tren? ¿No me puedo ir en avión? Y si no me quiero subir al tren y prefiero ir a pie, paso a pasito, valorando cada momento.

Creo que debo ir a mi propio ritmo y dejar de seguir consejos que no pedí y que no me sirven para mis metas.

Cada una tenemos nuestro propio tren, camión, barco u avión. Y todos están bien.

Para mí, decirme que ya se me pasó el tren es sinónimo de qué no he logrado nada o que ellos piensas que no lo he hecho.

A mis casi 30 he logrado muchísimo, desde estudiar una carrera que me apasiona y me inspira, dejar de salir con patanes, aprender a respetarme y quererme todos los días, a pesar de mis kilos de más, mi mal humor y lo dramática y distraída que soy a veces (bueno sigo trabajando en eso).

No se me está pasando el tren, porque nunca me subí…

Tenemos que aprender a reconocer que los 30 solo son una etapa más y no el destino final.

No debemos sentir que no hemos hecho lo suficiente con nuestra vida, pues si nos ponemos a reflexionar hemos hecho más de lo que creemos.

Es momento de dejar de temerle a los 30, tenemos que empezar a amarlos y disfrutarlos como se debe, pues lo mejor está por venir.

A mí no se me ha pasado ningún tren, porque en realidad nunca me subí a él. Lo dejé pasar y forje mi propio camino.

Desde hace mucho decidí que los 30 serían una gran aventura, al igual que los 40, 50 y 60. Cada etapa la disfrutare al máximo, con pros y contras.

No dejaré que alguien crea que no estoy haciendo lo correcta con mi vida, porque no son parte de ella y no saben lo que he vivido.

A mí no se me está pasando el tren, yo estoy tomando las riendas de mi vida de una excepcional forma.

Estoy feliz y completa con las decisiones que he tomado y puedo asegurarles que no me hace falta su tren.

Lo que ellos no saben es que estoy en el mejor momento de tu vida, al igual que tú.

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