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7 tips para ver el vaso medio lleno cuando la vida se complica

Respira profundo... ¡Tú puedes!

Piensa positivo

Hay días en los que no pasa nada extraordinario y hay segundos que nos ponen de cabeza, por eso te damos 7 tips para ver el vaso medio lleno cuando la vida se te complica… ¡Todas lo hemos pasado!

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¿Cómo ver el vaso medio lleno?

1. Desahógate.

Si tienes ganas de llorar, si quieres gritar, si te nace escribir para sacar todas las emociones, hazlo, es mejor que expreses tus sentimientos «negativos» a que se te queden profundos y echen raíces.

2. Habla con alguien.

Llámale a tu mejor amiga, a tu hermana, a tu amigo, a tu pareja, platícales lo que te pasa o simplemente enfócate en escucharlos, que su vínculo te alivie el corazón.

3. Arréglate.

No te derrumbes, lo más fácil en estos momentos es dejarte vencer, por eso saca tu fuerza, arréglate, hazte un chongo, una trenza, píntate los labios, respira profundo y sigue adelante.

4. Date un gusto.

Es decir, cómprate una paleta, un helado, un chocolate o hazte otra taza de café, consiéntete porque necesitarás más fuerza aún para salir adelante de lo que te rodea.

5. Recuerda los buenos momentos.

Aférrate a los buenos recuerdos como si no hubiera un mañana, es momento de encontrar en tu pasado los episodios que aprovecharás para agarrar más voluntad y fuerza.

6. No compares tus problemas con los de otros.

No es sano decir «es que a los otros les pasa esto y a mí esto otro», no mires las batallas de los otros, cada quien tiene su vida y vive como puede, céntrate en ti.

7. Escucha música.

Alíviate con las canciones que te acaricien el corazón. La música que te inspira te dará tranquilidad para ver el vaso medio lleno con ritmo y empatía.

Dicen por ahí que las cosas pasan por algo, no te desanimes, acepta lo que viene con total disposición de hacer lo que PUEDES hacer para superar la adversidad.

Por ejemplo, hoy, para mí, fue un día que empezó difícil, lo que me quedó de inmediato fue darme 3 minutos para desahogarme, después le llamé a la persona a la que nunca quisiera darle inquietudes pero que es la que más me tranquiliza en este mundo, mi mamá (por fortuna la tengo).

Al oír su «todo estará bien» y «tú puedes con esto y más», me hice un chongo, me puse el lipstick más estridente que tengo, repetí en voz alta las palabras de mi mamá y vine a compartirlo contigo, te digo lo mismo: todo estará bien, tú puedes.

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