Desde que lo viste, quedaste flechada. No te importaron sus defectos, imperfecciones o si era un poco inmaduro. Te gustó y dejaste que todo fluyera.
Sin embargo, las mariposas que te hacia sentir al inicio han comenzado a sentir mareadas e inseguras por su falta de compromiso.
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Sí, a él le encanta estar contigo, te considera una mujer hermosa y fantástica, pero no te está demostrando que puedan tener un futuro.
Es inmaduro, inseguro, celoso y no sabe lo que quiere. Y aunque tú lo aceptaste así, no debes aceptar un amor mediocre.
Tal vez, creas que en algún punto cambiará o madurará, pero la realidad es que él no quiere hacerlo ni tiene planeado dejar su cómoda vida por algo incierto.
5 señales de que él es demasiado inmaduro para estar en una relación
1. No demuestra sus sentimientos.
Sabes que le gustas y que siente algo por ti, pero a pesar del tiempo que ya llevan no ha podido decir que te quiere o te ama.
No es capaz de admitir sus sentimientos y tampoco quiere hablar de sus emociones.
Constantemente se cierra y no le gusta brindarte palabras que te hagan sentir su cariño.
2. Se aleja en los problemas.
Todas las relaciones amorosa tiene problemas, no son perfectas y quieran o no, en algún momento enfrentarán una crisis.
Sin embargo, tu pareja no quiere estar en esos días, cuando algo no está bien desaparece hasta que todo esté en calma.
Incluso, regresa como si nada hubiera pasado o haciéndote creer que todo fue tu culpa.
3. Toma más de lo que da.
Si constantemente tienes que cambiar cosas para complacerlo, pero él no hace lo mismo por ti, eso podría ser una señal de alerta.
Estás con un inmaduro que no es capaz de comprometerse ni de sacrificarse un poco por el bien de su relación.
Él quiere que estés a su disposición y que las cosas se hagan cómo y cuándo él diga.
4. Ignora tus límites.
Cuando algo claramente te hace sentir incómoda, un compañero emocionalmente maduro reconocerá tus necesidades en lugar de decirte que lo superes.
Si no es capaz de entender que algo no te gusta o te agrada, definitivamente ahí no es.
5. Se cree una víctima.
Él es perfecto, nunca hace nada mal y nunca es su culpa. Obviamente no, pero te hace creer que todo lo que hace está bien y que tú quieres ver problemas en donde no los hay.
Una persona emocionalmente madura no se pondría a la defensiva y desviaría la culpa; preguntaría qué podría hacer para mejorar la situación.
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