Soy una mujer con ganas de vivir, estar en los treintas me ha dado valor pero sobre todo el autonocimiento para poder entender lo que quiero en mi vida y lo que no me hace feliz.
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Pero, recientemente me encontré con una situación y necesito lanzar este mensaje.
Estuve saliendo con un chico que conocí por amigos en común, todo iba muy bien, hicimos súper buen click desde el minuto uno.
Salimos al cine, a comer, a platicar mientras comíamos helado, fuimos a cenar, a una fiesta, por un café (sin azúcar y sin s.e.x.), por unas cervezas (sin azúcar) y para este momento, pensé que las «reglas» del juego estaban claras.
La cuarta vez que nos vimos platicamos sin rodeos de lo que esperábamos de «estar conociéndonos», él me dijo, -él me dijo-, que quería dedicarme esa parte de su vida porque desde hace mucho no se sentía tan atraído por alguien.
Me pareció lindo y decidimos guardarnos exclusividad, es decir, que dejaríamos de salir con otros, para conocernos mejor.
El problema fue que le caché que no fue así, él siguió viendo a otra u otras chicas, después de nuestra charla.
Lo que me molestó no fue que viera a otras, sino que me mintiera, el engaño es lo que no puedo permitir.
Pensé que habíamos sido 2 adultos que hablaban claro de sus expectativas, es decir, dos personas honestas que decían lo que querían.
Cuando hablé con él, agachó la mirada y lo aceptó. Dejamos de vernos.
Así que, siendo una mujer con ganas de vivir y de vivir feliz, lo único que quiero aclarar es: No no hacen un favor al estar con nosotras mientras salen con más.
NO nos hacen un favor al pagar la mitad de la cuenta o por dejarnos mensajes lindos con emojis. Sean sinceros con ustedes mismos y respeten a los que los rodean.
Así que me decidí a dejar una lista de las cosas elementales que no esperamos de una relación. No todas queremos que nos juren amor eterno, pero sí todas buscamos honestidad.
3 cosas que una mujer con ganas de vivir no quiere en una relación
1. Incertidumbre.
Yo no quiero que hoy me quieras y mañana no, que hoy me contestes la llamada y mañana no me marques sin quedaste en hacerlo.
Dejemos las dudas para otros, al menos démonos certezas básicas, si quedamos en llamarnos, mensajearnos, vernos… hagámoslo.
Dejemos el misterio y la duda para los que no saben qué quieren de la vida.
2. Mentiras.
Prefiero mil veces que me digas «NO busco una relación formal pero sí compañía», a que me digas «Dejaré de salir con otras para conocerte bien» y que sigas de picaflor, ¿a quién le va bien la mentira?
Repito, no me duele que pueda salir con otras y conmigo a la vez, yo podría o no estar de acuerdo.
Aquí el meollo es que diga una cosa cuando la intención y la realidad son otras.
3. Indecisión.
Salir con alguien indeciso es como regresar a los amores de verano de antes de los veintes.
Yo, antes que buscar amor, quiero a mi lado a alguien que quiera lo mismo que yo.
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