Lección de oro: «las palabras son para confiar, los hechos para creer», y aplica para las relaciones amorosas o de amistad, incluso laborales.
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Las relaciones son complejas pero una de las cosas que más nos suelen costar es creer y confiar.
No es una casualidad que exista, por ejemplo, la pistantrofobia, una fobia que está relacionada con volverte a enamorar pues es el miedo intenso a ser dañado al tener una relación.
Sin embargo, evitando llevar esto al límite de la fobia, hay algo en lo que nos podemos fijar para confiar y creer.
Cuando tengas frente a ti a una persona, es decir, un amigo, un compañero de trabajo, tu pareja o un familiar y estén teniendo un diálogo importante, escúchala.
Las palabras son para confiar, los hechos para creer
Sí, el primer paso es escuchar porque en sus palabras podrás encontrar los motivos para confiar.
Es en lo que dice y en lo que expresa que podrás decidir si confiar o no.
Pero, es en los hechos, en los que podrás percibir si puedes creer.
Las personas, con sus actos y con sus acciones, dan los elementos necesarios para creer en ellos.
Sus palabras son para confiar, pero en sus actos podrás decidir si creer en ellos no es una mala inversión de tiempo, energía y corazón.
Ahora, piénsalo para ti misma… Confía en ti por tu diálogo interno, cree en ti por lo que eres capaz de hacer porque al ver hacia atrás puedes recordar todo lo que has superado con esfuerzo y dedicación.
Utiliza las palabras para confiar y los hechos para creer.
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