Las mujeres que somos fuertes no somos personas insensibles, que no lloran o que no sientan dolor, al contrario, somos mujeres que, a pesar de todo, encontramos el valor y la fuerza para levantarnos y salir adelante.
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Ser así no es fácil, por momentos podemos sentir que no podemos, pero con paciencia y amor propio, dejamos escapar esos pensamientos de vencidos para volver a incorporarnos y retomar el rumbo.
¡Somos muchas las mujeres fuertes!
Somos muchas las que nos hemos repuesto de corazones rotos, decepciones amorosas, abandono de hogares, de violencia física, psicológica o sexual. Estamos unidas con las experiencia.
Hemos sido capaces de salir adelante por nosotras mismas, por nuestros hijos, por nuestros sueños, por nuestra familia…
Cada día ha sido un reto y lo seguirá siendo, pero lo mejor de todo es que podemos aprender de todo lo que nos pasa:
1. La vida da, la vida quita.
Tanto para bien como para mal, la vida nos da y la vida nos quita, por eso hay que disfrutar del presente, de sus circunstancias, etapas y personas.
2. A veces para avanzar, tienes que perderlo todo.
Y aunque nos sacude el mundo entero en el momento más inesperado, quizá era la única manera de quitarnos lo que nos sobraba, pues de otra manera, no lo habríamos hecho.
3. Las palabras endulzan el oído, los hechos hablan del amor.
Es real, nos pueden decir «te amo», «eres el amor de mi vida», «nunca te dejaré», pero en los hechos es donde esto se refleja.
Las palabras se las lleva el viento.
4. Es más valiente el que perdona sin haber escuchado una disculpa.
Se necesita valor para ofrecer una disculpa, pero se necesita mucha valentía para perdonar a quien nos daña y se queda como si nada, sin asumir, sin disculparse, sin rectificar o conciliar.
5. Hay recuerdos que duelen mientras sanan.
Así es, sanar conlleva dolor, impotencia, frustración, pero sabemos que todo esto pasará.
6. Si tienes que convencer a la gente de quien eres, ellos no te conocen y si no te conocen no puede amarte.
Para amar, se necesita conocer, no se ama lo que no se conoce y, de paso, si no te valoran, tampoco te aman.
7. Agradece hasta lo malo, pues podría ser peor.
Puede haber momentos en los que el mundo se nos venga abajo, pero nuestra fortaleza nos ayuda a ver que, a pesar de TODO, aún hay cosas que podemos agradecer.
8. Los ángeles sí existen, algunos se manifiestan en tu consciencia cuando abres los ojos a lo que antes ignorabas.
Hay personas que pueden cambiarte la vida para bien, apoyarte en el momento justo y darle cobijo a tu corazón, sin embargo, también existe el despertar de la consciencia. Mientras algunos te ayudan, tú misma pides, aceptas y valoras la ayuda, tu nivel de consciencia es mayor.
Si eres del club de mujeres fuertes a pesar de todo, recuerda: «la vida es muy amable».
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