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El día que él le hizo el feo a mi perrito, entendí que ya no lo quería a mi lado

Tal vez, es momento de decirle adiós…

¿Te ha pasado?

Creí que era el amor de mi vida, hasta el día que le hizo el feo a mi perrito, en ese momento me di cuenta de que no quiero una persona así en mi vida y menos que formará parte de mi familia.

Al inicio quise justificarlo y entender porque no quería a mi perro. Quise ser comprensiva porque fue fruto de una relación pasada.

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Sin embargo, esto me duró poco, porque inmediatamente pensé en si no fuera una mascota a la que le hacía el feo, sino a un hijo.

Sí, tal vez suene exagerada y fuera de lugar mi comparación, pero mi perrito no es solo una mascota más, sino que forma parte de mi familia.

El día que él le hizo el feo a mi perrito, entendí que ya no lo quería a mi lado 

Mi perrihijo ha estado conmigo en las buenas y malas, pero sobre todo cuando me he encontrado completamente sola. 

Incluso, antes de que supiera que era mi perrihijo y el de mi ex, la relación que tenía con él jamás fue la mejor.

Mi perrito no se le acercaba, pero tampoco le hacía el feo y menos le gruñía, simplemente “soportaba” su presencia.

Pero al ver cómo cambió él cuando le hice aquella confesión, me hizo darme cuenta de que las señales estaban ahí y ya no las quise ver.

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Esa acción me hizo ver que no quiero a alguien que me quiera a medias o bajo sus condiciones, es todo o nada.

A continuación, te dejo algunas señales que me hicieron ver que él no era bueno para mí y para la vida que yo estaba construyendo…

Cómo saber que ya no lo quiero a mi lado

1. Tu intuición te lo dice.

Antes de formalizar la relación, había algo en mi interior que me decía que no éramos el uno para el otro.

Las cosas que sucedían no se sentían bien, pero tampoco eran malas. Sin embargo, había algo que me incomodaba o que me impedía ser feliz a su lado.

Su comportamiento no me hacía sentir segura de su amor, ni tampoco me daba el impulso para seguir adelante.

2. No quiere lo mismo.

Con el paso de las decepciones amorosas, he entendido que no quiero en mi vida a alguien que no quiera lo mismo que yo.

Y con esto no quiero decir que deba ser 100% compatible conmigo o que ceda ante todo.

Pero si no es capaz de respetar aquello que amo, no merece estar en mi vida. 

3. Con todo.

A mí no me gustan los amores de a medias, y si él me iba a querer, pero no a mi perro, o todo el tiempo iba a ser un sí, pero no.

Preferiría ahorrarme tiempo, energía y terapia en alguien que no lo valía.

4. A nadie le “vibraba”.

Él aseguraba que era súper buena persona, que tenía muchos amigos y que a todo el mundo le caía bien, sin embargo, la realidad era otra.

A mis amigos nunca le cayó bien, mi perro ni se le acercaba y yo nunca tuve las ganas de presentarlo con mi familia, por lo que me di cuenta que no vibraba tan padre como se vendía. 

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