Si no quieres terminar con el corazón roto, es momento de que dejes atrás los cuentos de hadas y las falsas ilusiones. ¡Enfócate en lo verdadero!
Si hay algo para lo que no nos educan es para enamorarnos ni mucho menos para desenamorarnos.
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Lo que hacemos es observar, aprender y adoptar los modelos que encontramos en nuestra casa y luego los que percibimos en las rel aciones de nuestras amigas.
Finalmente, lo vivimos en carne propia y ¡nos damos cuenta que no sabemos hacerlo!
Y es que los patrones se repiten, y deshacerse de ellos es una tarea en la que debemos esforzarnos para identificar las fallas y ser conscientes que necesitamos cambiar.
Pero ¿Cuál es la forma de no terminar con el corazón roto?
Es esa que finalmente vamos identificando a los 30 años (la mayoría) y que cuando llegamos a los 40 ¡ya la hemos asimilado!
Nos referimos a esa forma de amar en la que la palabra dependencia no existe.
Es decir, en la que una pareja no es necesaria para completarnos porque ya lo hemos hecho nosotras mismas.
Esa en la que tener pareja es opcional porque nuestra vida es plena incluso sin compartir la cama con alguien.
Y donde el deseo de sentirnos protegidas, amadas y hasta salvadas por parte de otro ¡ya lo hemos superado!
Pero veamos en detalle cuáles son las cosas que debemos evitar cuándo comenzamos una relación y queremos enamorarnos de una manera sana e inteligente:
7 cosas que te evitarán terminar con el corazón roto
1. El príncipe azul no existe.
Deja de lado las expectativas y sé consciente de que compartes tu vida con una persona de carne y hueso que tiene su propia personalidad.
Eso implica que no hará todo lo que esperas, así que evita gastar ilusiones y tiempo en vano.
2. Prioriza tus necesidades.
La vida está conformada por varias áreas en la que debes realizarte para tener satisfacción.
Y si bien el amor de pareja es una de ellas, que a veces sobrevaloramos, también hay otras cosas como el trabajo, la familia, los amigos, tu talento…¡tu propia vida!
Invierte tiempo en lo que te hace feliz, te hace crecer y sobre todo en aquello que recordarás con orgullo cuando seas mayor…
3. El amor no es dolor.
Amar es aprender a encontrar la belleza en las cosas y las personas, es decir, encontrar las cosas que nos aportan bienestar y tranquilidad.
Entonces, si estas sufriendo por amor, lo más seguro es que estés queriendo a la persona equivocada.
Aprende a elegir lo bueno, lo que suma y no resta, eso que te hace sentir mejor incluso en los días grises y en los que pareces desfallecer por la desesperanza.
4. El amor no es deseo.
Aprende a identificar cuando el «amor» no es otra cosa que un deseo del ego.
Es decir, cuando queremos llenar un vacío en nuestra vida o sentirnos bien, sin importarnos realmente el bienestar de la otra parte.
Recuerda el amor es desprendido, es querer el bien para la otra persona estando o no junto a ella.
5. El amor es equilibrio.
Mantén tus sentimientos en equilibrio, que estés consciente que pase lo que pase siempre estarás bien porque puedes proveerte todo lo que necesitas para vivir y ser feliz.
Además, no se te olvide que las pasiones descontroladas son signos de inmadurez y egocentrismo. Así que ¡controla las pulsaciones peligrosas!
6. El amor es libertad.
Y es que realmente sabes que alguien te quiere cuando puedes mostrarte vulnerable, y estar segura que la persona que está a tu lado no usará esa información para hacerte daño.
Al contrario, compartir ese momento es una forma de mostrar tus sentimientos y de superar el mal momento.
7. El amor también se acaba.
Al igual que la vida, el amor se desvanece, y eso no lo podemos cambiar.
Enamórate, pero no abandones tus metas y tus objetivos, porque el fin de una relación es una posibilidad real.
¿Cuéntanos cómo te enamoras de manera inteligente y sin terminar con el corazón roto?
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