Te escribo esta carta de despedida para aclarar la situación…
Después de luchar contra corriente, de darlo todo, de esperar demasiado de tu parte y de quererte el doble de lo que tú me querías, me di cuenta de que no éramos el uno para el otro.
Yo te amaba, aún lo hago, o al menos eso creo, pero ya me amo más a mí y por eso ya no puedo estar a tu lado.
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Ya no puedo darlo todo y recibir nada, ya no puedo esperar a que me valores y que estés dispuesto a comprometerte.
Te lo he dado todo y parece que no es suficiente, siempre te hace falta algo o alguien más y no estoy dispuesta a ver cómo lo consigues y me dejas a un lado.
No dejé de quererte…
Tontamente aún te quiero y espero que te vaya bien en la vida, en el amor y en todo lo que hagas, pero ya no pienso partirme en cachitos para que tú te construyas.
Me quiero mucho para permitir que acabes conmigo, con mi autoestima, mi cariño, mi seguridad y mis fortalezas.
Sé que valgo mucho, incluso que podré encontrar a alguien que esté dispuesto a luchar por mí y por nuestro futuro juntos.
Creo que todo este tiempo te sentiste muy seguro de mi amor y por eso no entiendes que ahora me voy, piensas que nunca te quise de verdad y que se me hace fácil dejarte, pero no es así.
Dejarte es una de las cosas que más me han dolido en la vida, porque durante mucho tiempo creí que estábamos destinados, lamentablemente, corrijo, afortunadamente, no fue así.
Tú llegaste para enseñarme muchas cosas, pero no para amarme de verdad. Así que con todo el dolor de mi corazón te dejo, porque sí te quiero, pero me quiero más a mí.
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