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Así aprendí a amar sin dejar de amarme

Y tú también puedes lograrlo

¡Toma nota!

Así aprendí a amar sin dejar de amarme y tú también puedes lograrlo…

Después de besar a un sinfín de sapos, partirme en mil pedazos para complacer a otros y vivir dolorosas decepciones amorosas creí que no volvería a creer en el amor.

Sentía que estaba “curada de espanto” y que eso no era para mí, sin embargo, conocí a alguien que me hizo vivir el amor de una forma diferente.

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Nuestra relación se baso en la amistad y se fue dando poco a poco, sin forzarla y entendiendo mis miedos a no entregarme completamente.

Encontré a alguien que me veía de la misma forma que yo me veía, es decir, fuerte, poderosa inteligente y hermosa.

Fue cuando lo descubrí, aprendí a amar a la persona correcta porque nunca dejé de amarme. Y lo logré de esta manera:

1. Primero yo.

Sí, fui egoísta por el bien de mi felicidad, dejé de pensar en qué necesitaban los otros y me enfoqué en lo que yo necesitaba y quería.

Comencé a trabajar para sentirme bien conmigo misma, en desechar los pensamientos negativos y sentirme feliz en mi propia piel.

Cuando lo logré, permití que los demás lo vieran y si lo aceptaban le abría la puerta a mi corazón, pero si no era así la cerraba totalmente.

2. Fui realista.

Dejé de creer en cuentos de hadas y empecé a aceptar que ningún príncipe azul vendría a rescatarme, si quería ser salvada tendría que hacerlo yo misma.

A las personas les encanta estar en el éxito, pero no luchar a tu lado. Quieren las cosas felices y fáciles, pero yo no soy así.

Fui ahí cuando me di cuenta de que debería dejar de buscar a un hombre increíble y tenía que aceptar a uno real, con problemas, defectos e imperfecciones.

Alguien que se mostrará autentico y que no fingiera ser alguien más.

3. Dejé de escuchar.

No es que me hiciera de oídos sordos ante la realidad, lo que hice fue dejar de escuchar lo que la gente creía que yo necesitaba merecía o debía tener en mi vida.

Sí, eran consejos que personas queridas me daban, pero lo decían desde su perspectiva y no se ponían a pensar en lo quería.

Así que me aventuré y dejé que mi amor propio me llevará a lo mejor.

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