Después de algunas lecciones amorosas, he comprendido algo: no existen las relaciones eternas, el amor es pasajero.
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Quiero decir que, cuando alguien se casa, lo hace porque tiene toda la intención de que sea «hasta que la muerte» los separe.
Sin embargo, la vida tiene otros planes…
Lo mismo pasa con las parejas que desean estar juntas, incluso, sin casarse.
El destino se irá escribiendo con las decisiones diarias de cada uno, esto puede despegarse del sueño en común de «estar juntos mucho tiempo».
Hoy, prefiero pensar más allá de la intención de estar en un relación que sea para toda la vida.
Siento, después de un divorcio, que el amor sí existe, pero no para todas las personas y, por consecuencia, no todas las parejas están hechas para durar hasta la eternidad.
El amor es algo que llega, te atrapa y conquista, te cambia la vida, pero de forma caprichosa, cuando tenga que irse, simplemente se irá.
Quizá deje una explicación, quizá simplemente acabó dejando muchas incógnitas de por medio.
El amor es pasajero, para algunos pasa más rápido que para otros, pero en realidad, es un instante.
Esto, lo hace ser uno de los tesoros más preciados de la vida, el saberlo un instante que puede durar un mes o 50 años…
Pero no es para todas las personas porque no todas las personas saben amarse, y mucho menos, saben recibir amor.
Con este antecedente, es más fácil pensar que, cuando alguien n se ama a sí mismo, no sabe aceptar el amor del otro, lo que en una relación de pareja suena a un amargo final.
Porque para amar al otro y dejarse amar, uno debe amarse más.
Ahí está un reto acerca del amor.
Este puede llegar pero siempre dependerá de los 2 hacer que se quede o que se escape en forma de incompatibilidad.
Y es ahí en donde el amor deja que el tiempo y la voluntad de la pareja decidan su destino.
Prefiero creer que es mejor enamorarte y desenamorarte las veces que sea necesario, que solo amar a una persona y quedarte con la frustración de que no fue para siempre.
Así, el amor nos visita y se marcha cuando debe ser pero no hay apego, no se sufre por ego, sólo se vive y se disfruta.
Ya no busco que mis relaciones sean eternas o largas, busco que sean sanas y me hagan feliz, me den paz y armonía.
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