El diario El País lo dice, «el caso de Mariana se ha convertido en el nuevo rostro de la tragedia de los feminicidios en México».
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Acerca de Mariana Sánchez
Tenía 25 años, nació en la Ciudad de México pero sus estudios de medicina los cursó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Estudió la carrera de médico cirujano en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y, como cualquier estudiante de nivel superior, debió realizar su Servicio Social.
En agosto del 2020 se dirigió a la comunidad indígena de Nueva Palestina de Ocosingo, Chiapas, en donde haría su Servicio Social en un centro de salud local, sin imaginarse que ahí encontraría un verdadero infierno.
Como suele ocurrir con muchos estudiantes de medicina que prestan su servicio en comunidades rurales, Mariana llegó al espacio reservado a los estudiantes.
Era un cuarto austero, sin cama, ni baño pero esas incomodidades no fueron lo peor que le pudo pasar.
El 28 de enero pasado su cuerpo sin vida fue encontrado por sus amigas dentro de esa habitación.
Justicia para Mariana
Los primeros apuntes dijeron que la causa de la muerte había sido suicidio, sin embargo, el contexto hace de su muerte un hecho atroz y aberrante.
Mariana había denunciado ante la Fiscalía General del Estado que había sufrido abuso sexual por parte de uno de sus compañeros.
No le hicieron caso.
Alzó la voz y pensaron que nada malo pasaría, quizá que ella estaba exagerando…
De hecho, en medios de comunicación se habla que ella había pedido un cambio para realizar su Servicio Social en otro lugar, tampoco tuvo respuesta.
Hoy, su madre, María de Lourdes Dávalos, colectivos feministas y muchas personas más, pedimos justicia.
Su muerte fue por asfixia y sin la autorización ni conocimiento de de su madre, su cuerpo fue incinerado.
¿Acaso se tiene algo que esconder?
Es lamentable que nuestro país enfrente casos así, ¡es indignante!
El Gobierno Federal, a través de Olga Sánchez Cordero, se pronunció a favor del esclarecimiento de los hechos.
Nada regresará a Mariana, nada la volverá a llenar de vida, de sueños, de metas, de ganas de ser la médico que cambie y mejore la vida de otros.
Pero su muerte no puede quedar así.
Aquí una entrevista con su mamá en el que se dan más detalles:
Somos muchas personas las que queremos que se detenga la ola de violencia.
Nos dueles, Mariana, nos duele la injusticia, nos duele tu partida, nos duele que ya no estés porque no se te escuchó, porque se te dejó sola.
¡Basta!
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