Casi la mitad de la población padece de estrés, aunque muchísimos ni siquiera se den cuenta.
Y es que si bien hay personas que reconocen de manera inmediata cualquier anormalidad de su cuerpo; hay otras que no, y que tienen que esperar a que una enfermedad esté más avanzada para alarmarse.
Por eso es indispensable escuchar nuestro cuerpo y estar al tanto de cualquier mínimo cambio:
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1. Fatiga.
Incluso después de realizar actividades simples como caminar por la oficina, o tan simple como arreglar tu escritorio.
2. Dificultades para dormir.
Con frecuencia tenemos un día de insomnio y la noche siguiente sólo logramos dormir por ese desvelo. Es decir, tenemos un insomnio intermitente.
3. Caída del cabello.
Si bien la caída del cabello puede ser hasta por un cambio hormonal, y es lo más común; si se prolonga por varios meses y notamos un cambio drástico en el volumen del pelo; debes consultar un especialista.
4. Cambios drásticos de humor.
Puedes pasar por cambios drásticos de humor, desde momentos de euforia y felicidad hasta depresión, y todo en un mismo día.
5. Hormigueo en las extremidades.
Muchas veces la aparición de hormigueos inexplicables en las manos y los pies pueden estar causados por altos niveles de estrés.
6. Palpitaciones.
Hay que tener cuidado si notamos que nuestro ritmo cardíaco suele acelerarse con frecuencia, sin razón alguna, e incluso en momentos de descanso.
7. Diarrea.
Un día de mucha presión puede resentir nuestro estómago y producir dolor, diarrea y deshidratación.
8. Memoria debilitada.
El estrés provoca tensión, y ésta última dificulta la retención de información y ralentiza el proceso de aprendizaje.
9. Acné.
Los momentos de tensión afectan nuestras hormonas, y en las mujeres puede provocar un aumento de andrógenos en el cuerpo, lo que se traduce en mayor cantidad de vello y presencia de acné.
10. Alteraciones en el ciclo menstrual.
Incluso el funcionamiento de tu organismo se puede ver afectado por el estrés.
Cuéntanos ¿qué otros síntomas te provoca el estrés?
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