Si entre tus planes de 2017 está recuperar tu peso ideal, pero la ansiedad está dificultando tus planes…
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Te compartimos un método de 3 pasos para que puedas identificarla, superarla y conseguir la talla que te hace sentir a gusto contigo misma.
Desde ya te decimos que no es nada complicado, al contrario, las tentaciones serán fuertes los primeros días, pero luego con mucha disciplina y compromiso con tus metas, ¡lo conseguirás!
Entonces, si estás firmes con tus objetivos, enfrenta la ansiedad y no arruines tus propósito de año, te enseñamos…
1. Identificar el hambre física del hambre emocional.
El hambre física es la que satisfacemos con nuestras 3 comidas diarias y que le proporciona a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita para funcionar.
Tenemos que ser conscientes de que no podemos renunciar a ellas, porque eso implicaría poner en riesgo nuestra salud y, por lo tanto, la capacidad para cumplir nuestras responsabilidades diarias.
Lo ideal es hacerlas en porciones adecuadas, con un menú balanceado, y sobre todo ¡nunca saltarse ninguna!, pues el organismo comienza a ahorrar energía y calorías, y eso trabaja en contra de nuestro propósito de reducir las tallas.
Ahora bien, el hambre emocional es aquella motivada por situaciones estresantes o emocionales, y que nos lleva a refugiarnos en los alimentos para encontrar un placer momentáneo que nos haga olvidar la presión.
Lo ideal es reconocerlo y , si no lo podemos evitar en principio, lo ideal es hacer elecciones inteligentes, por ejemplo, sustituir el chocolate por una fruta, o incluso un té que será mucho más beneficioso para encontrar el equilibrio mental que necesitas.
2. Aceptar la etapa de la vida por la que pasas
Es decir, conocerte y disfrutar la etapa de vida por la que estás pasando, con tus pros y contra.
Si bien con el paso de los años nuestra piel es más delicada y necesita más cuidados, o incluso nuestro metabolismo es muchísimo más lento; también es cierto que enfrentamos las dificultades con mayor madurez y tenemos una visión más amplia de la vida.
Por eso, sé consciente de que la edad que tenemos también es una gran ventaja, y sobre todo que nuestra realidad y la aceptación de nuestra imagen depende en gran medida de lo que pensamos y nos decimos a nosotras mismas.
3. Ampliar tu mundo de placer
Si el placer sólo proviene de una sola fuente, como puede ser el trabajo, es muy probable que recurras a la comida para encontrar esa satisfacción que no tienes en otras cosas.
Recuerda que la vida es un equilibrio, y que tu bienestar emocional y físico depende de que tus necesidades están satisfechas de la manera adecuada, ¡sin evasiones!
Lo ideal es aprender a disfrutar también de la familia y los amigos, y además del trabajo tener otras maneras de satisfacción personal.
Finalmente, recuerda que ser delgada no puede ser la meta ni el propósito, sino estar saludable y sentirte bien con la imagen que tienes de ti misma.
La felicidad no depende del peso, sino de la actitud, nuestra forma de pensar y también de lo que dejamos que tenga importancia en nuestra vida.
¡Cuéntanos cómo estás manejando la ansiedad en tu vida!