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Por qué debes de cambiar la forma en la que le pides cosas a tus hijos

Inténtalo un par de días y nos cuentas como te va.

Inténtalo un par de días y nos cuentas como te va.

Seguro te ha tocado vivir una escena así: tienes prisa por salir de la casa, tu hijo no trae zapatos, le pides amablemente «amor, ¿te puedes poner tus zapatos por favor?» y tu hijo corre en la dirección opuesta de los zapatos.

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Si esto es algo que vives constantemente y sientes que tu hijo no te hace caso cuando le pides que haga cosas, tal vez es porque tienes que cambiar la forma en la que se las pides.

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Existe un método de crianza llamado RIE (Resources for Infant Educarers) que busca enseñar a los padres a tratar a sus hijos como miembros iguales en las relaciones para permitirles tomarse su tiempo para hacer las cosas, manifestarse e inspirarse.

Básicamente RIE te invita a tratar a tu bebé o niño como un ser capaz e independiente que necesita que lo guíes pero que no hagas todo por él.

Cuando mi hijo estaba pequeño leí un libro sobre esto y si bien no seguí al pie de la letra todo lo que dice, una parte me ayudó a cambiar por completo la relación con mi hijo.

Los pequeños necesitan que los guíes y les digas qué hacer, de hecho, les gusta que les digas que hacer. Así que cuando quieras que tu hijo se ponga los zapatos, se suba al auto o recoja su cuarto, no se lo pides, se lo dices.

El cambio es sutil, pero hace toda la diferencia. En vez de decirle: ¿Puedes recoger tu cuarto por favor? le dices: Recoge tu cuarto por favor.

Usar una pregunta implica que les das la opción de elegir si lo limpian o no y la realidad es que no les quieres dar una opción, sino darles una instrucción.

No estás siendo grosera, siempre se pide con tono bonito y siempre por favor. No es un cambio de la noche a la mañana y verás que te toma tiempo acostumbrarte a dejar de preguntar y empezar a pedir. Es una mala maña que tenemos pues sentimos que así no se oye tan feo. Pero pedir algo no es feo, en el pedir está el dar.

Sólo pregunta cuando quieres darles una opción. ¿Te quieres poner los zapatos azules o los verdes? ¿Quieres subirte solo al coche o te subo yo? Así cortas las opciones para que sean dos opciones en las que pasa lo que necesitas que pase.

Inténtalo un par de días y verás la diferencia.

[Foto: Delfi de la Rua/ Unsplash]

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