Es muy normal sentirnos cómodas con quienes somos y no deternos por la opinión de nadie, el problema es cuando rebasamos esta confianza y seguridad en nosotras y pasamos a convertirnos en personas ególatras o falsas.
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Aunque esto no es exclusivo de las mujeres, pues también lo podemos ver en los hombres, sí queremos advertir que son actitudes que al ser percibidas resultan desagradables.
1. Risas exageradas.
Si sólo quieres llamar la atención aunque no sea de buena manera, puedes reírte exageradamente. Hacerte notar por medio de risas y un sentido del humor sin filtro, podría implicar que la gente te tache de falsa.
Puedes ser muy sonriente y reírte a pierna suelta cuando realmente lo sientas, no sólo para quedar bien o para que todos te volteen a ver.
2. Pose de diva.
La belleza exterior es diferente a la interior y tener una actitud que ni el suelo te merece es una mala idea para ganar popularidad. Salir perfecta en las fotos con la pose de estrella de Hollywood podría darle un giro a tu imagen que después sería desfavorecedor.
3. Sabelotodo.
Si todo lo sabes y siempre tienes una opinión de experta podrías terminar siendo catalogada como la «higadito».
4. No aceptar ignorancia.
Está relacionado al punto anterior, pero es cuando la arrogancia y el ego no te permiten admitir que no sabes algo, situación que es natural en este mundo, la sencillez y la humildad son 2 tesoros.
5. No decir las cosas de frente.
Si tienes la seguridad en ti misma y tienes los argumentos, lo mejor es que seas derecha y digas lo que sientes sin la intención de lastimar a la persona que debe escucharte. Marcar tu perspectiva no tiene que ser la línea majestuosa del guión ni la única verdad, es sólo una opinión más.
6. Meter cizaña.
Si eres de las personas que se encargan de evidenciar los defectos de las otras personas ante los ojos de otros, estás evidenciando tus propias áreas a mejorar.
7. Echarle la culpa a otros.
Es innecesario, parte de crecer es hacernos responsables para bien y para mal de lo que hacemos o dejamos de hacer.
8. Ser «yo-yo».
Sólo hablar de ti y de las experiencias que te están ocurriendo es una señal del egocentrismo que hay en tu vida, las personas también quieren ser escuchadas, no sólo están a tu disposición cuando tienes algo nuevo que decir.
Si reconoces que de repente pecas con alguna de las actitudes anteriores, recuerda que puedes ser tú misma sin necesidad de abarcar más de la cuenta, sé feliz sin demostrarle nada a nadie, salvo a ti misma.
