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«Cuando dejé de precipitarme en el amor, conseguí lo que buscaba…»

Cuando dejas de perseguir las cosas equivocadas, la correcta llega y te atrapa.

Cuando dejas de perseguir las cosas equivocadas, la correcta llega y te atrapa.

El verdadero amor necesita tiempo para cultivarse, cometer algunos errores y otros aciertos, y un trabajo continuo de reflexión y superación.

Nada es más falso y engañoso que eso de «amor a primera vista», o una entrega sin restricciones hacia el otro y en la que se pierde la más mínima individualidad.

Es precisamente esa impulsividad y apresuramiento lo que hace que las personas fallen en esa tarea de conseguir pareja.

Enamorarse de la otra persona requiere tiempo para conocerla, saber cómo debemos tratarla, cuáles son sus defectos y cualidades, saber si compartimos una parecida visión de vida, y lo más importante: si su estilo de vida y compañía puede ofrecernos bienestar.

La verdad es que él o ella pueden ser muy atractivos, tener increíbles cualidades, pero eso no siempre nos asegura satisfacción, tranquilidad y bienestar a su lado.

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Y estas 3 condiciones son en definitiva lo que más valoramos de una pareja, cuando somos mujeres maduras y responsables con nosotras mismas.

Ahora bien ¿cómo podemos evitar precipitarnos en una relación que apenas comienza?

¡Te damos algunas pistas!

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1. No sólo es atracción.

Antes de decidir comprometerte en una relación, piensa si te ves con esa persona a largo plazo.

Es decir, además de la atracción física y ciertas cualidades que admiras, también evalúa de manera objetiva si te da tranquilidad y si ambos desean algo parecido en el futuro.

Entonces dedica un tiempo para saber qué sientes por esa persona en realidad, restándole importancia a la emoción y sensación de felicidad que te hace sentir en un primer momento.

2. Satisface tus propias necesidades.

Recuerda que en la medida que estés bien y estés satisfecha con tu vida, las probabilidades de atraer personas similares se elevan.

Toma un momento para pensar en tus pretendientes o exparejas, evalúa lo que tienen en común e identifica las cosas en las que fallas al elegirlas.

Luego que lo sepas, intenta reforzar esa área de tu vida.

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3. Confronta las cosas con las que No estás de acuerdo.

Si la persona con la que sales hace algo o asume una actitud que no te gusta; hazlo saber de una manera educada pero expresando tu opinión.

La idea no es pelear con el otro, sino ser consciente cuán diferentes o similares son, cuáles son sus mutuas habilidades para llegar a un acuerdo y negociar, e incluso cuán cómodos se siente el uno con el otro.

4. Posterga el encuentro sexual.

Dejando de lado el moralismo (que no tiene importancia en este post), lo ideal es esperar un tiempo para compartir la cama con el otro.

Asegurarnos que podemos confiar en esa persona, que estamos listas para compartirle nuestra intimidad y sobre todo que pase lo que pase NO lamentaremos esa noche.

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5. No estés con alguien que debas cambiar.

Lo hemos escuchado miles de veces: los cambios son súper difíciles, y sólo ocurren cuando alguien desde su interior lo desea.

Así que elige una pareja que ya sea la persona que quieres tener en tu vida; y con la que no debas esforzarte para cambiarla.

Cuéntanos ¿qué más agregarías a esta lista?

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