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Lección de vida: Vístete para ti, no para complacer o callar a otros

Valora tus diferencias, es lo que te hace única.

¡Ámate!

Una mujer feliz es una mujer que diario toma decisiones que la hacen sentirse así, no se trata de sonreír todo el tiempo, sino de encontrar paz.

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Y, por muy exagerado que suene, nuestra imagen revela mucho de lo que somos y de lo felices que nos sentimos.

Tómate un momento y obsérvate de los pies a la cabeza, ¿qué ves? ¿Te sientes a gusto y feliz con lo que llevas puesto?

Estamos viviendo una era en la que las redes sociales y medios de comunicación nos bombardean con estereotipos, aunque esto no es nuevo, la tecnología nos acerca cada vez más nuevos «estándares».

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Cuerpos, ropa, maquillaje, peinados, accesorios, marcas, hobbies, e incluso poses que por todos lados se repiten y llevan el mismo mensaje: «este estilo de vida es el mejor», «tener lo que yo tengo es lo que debes de desear».

Pero, cuidado…

Puede ser que a estas alturas de la vida tú ya sepas qué es lo que quieres, cómo lo quieres y estás descubriendo qué tienes que hacer para lograrlo.

Pero, quizá no, quizá este tipo de mensajes te llenen huecos que aún no identificabas y, de alguna manera, te sientes insatisfecha con lo que tienes, o peor aún, con lo que eres.

Por eso, te recomendamos reforzar tu personalidad, reafirma tu gustos, reafirma quién eres.

Vístete para ti, una mujer feliz no se preocuparía porque su ropa sea «aceptada» o «halagada» por otros.

La primera persona que debes de complacer es a ti, lo que debe brillar es tu personalidad, tu esencia se refleja en tu imagen.

Sé irreverente o sigue la moda, no importa, pero vístete para ti, no para complacer a tu pareja o para encajar.

Claro, podemos ser tan inteligentes para saber cómo vestirnos dependiendo nuestro día, intenciones o ánimo.

Pero que sea con la intención clara y consciente, no por miedo, inseguridad o falta de amor propio.

Por otro lado, tampoco se vale irnos al extremo de cargar nuestra apariencia para sentirnos más que los demás, el valor de las personas no está en la marca de su ropa ni en el lugar en donde la compran.

Lo que puede darnos paz es encontrar un equilibrio y nunca dejar de ser quienes somos.

Así que abrázate y valórate, pero sobre todo aprecia lo que te hace diferente a los demás, eso es lo que te hace tú, una mujer feliz, auténtica y genuina.

Ser una mujer feliz implica llevarte bien con tus mismos pensamientos, con lo que ves en el espejo y con lo que construyes para tu futuro.

Otro de los síntomas de que eres una mujer feliz con tu apariencia es que no criticas a otra mujer por su imagen.

Recuerda esa frase: «La persona que no está en paz consigo misma, estará en guerra con el mundo entero». – Mahatma Gandhi.

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