Es muy común ver a unos padres que tienen una hija o un hijo y que se les llegue a preguntar si van a tener la parejita o si la están buscando…
Pero, es algo que deberíamos dejar de hacer y te diremos por qué.
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¿Por qué no decirle a unos papás si quieren «tener la parejita»?
Te vamos a enumerar algunas razones para ahorrarte la pregunta acerca de tener la parejita.
1. Quizá la quieran y no estén logrando embarazarse.
Por lo que tu pregunta o comentario tocaría las fibras sensibles y terminarías siendo imprudente.
Sí, quizá sin la intención de lastimarlos pero a final de cuentas, tu comentario generaría una conversación o una reacción dolorosa.
2. No es un asunto tuyo.
Seamos honestas, muchas veces lo decimos sin pensar, pero podría parecer un juicio por si los papás ya no desean tener hijos.
Ante esto, lo mejor es evitar la pregunta incómoda y en todo caso, esperar que ellos den la noticia o digan lo que ellos desean compartir.
3. Estás alimentando los estereotipos en los roles de género.
Esto también es súper importante, recordemos que hombres y mujeres podemos desempeñarnos con igualdad y equidad.
Por ejemplo, una niña puede jugar futbol y un niño puede jugar a la cocinita. La experiencia de tener un hijo o una hija no debe ser una limitante, las posibilidades de vivir lo que los niños quieran vivir está más allá de su género.
4. Abres una conversación que se puede voltear a ti.
Si eres de las personas a las que no les gusta que se les cuestione acerca de sus decisiones, entonces, ¿por qué lo harías a alguien?
Si tú preguntas algo así, te prestas a que el interlocutor te pregunte a ti también.
5. Quizá no es el momento como pareja.
A pesar de lo que tú veas, los papás podrían estar pasando por una crisis de pareja y tener un segundo hijo es impensable. Tu pregunta los llevaría a la incomodidad.
Entonces…
A menos que estés súper segura de que tu pregunta acerca de para cuándo la parejita o el segundo hijo o hija, no afecte porque ya lo mencionó la mamá o el papá, o estés en un ambiente de 100% de confianza con los padres, no lo digas.
Si crees que tu comentario puede ser bien recibido, entonces, dilo, pero recuerda que es un tema delicado del que solo se habla con extrema confianza, respeto y empatía.
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