No hay ningún impedimento para ejercitarnos cuando estamos embarazadas; al contrario, mantenernos en movimiento nos ayudará a tener un parto sin complicaciones y un bebé más sano.
Sin contar, que también tendremos un abdomen fortalecido y reduciremos algunos síntomas del embarazo, como los dolores de espalda, que suelen presentarse en esta etapa y que se acrecientan en la medida que aumentamos de peso.
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Según los expertos, lo ideal es realizar actividades físicas moderadas, como pilates y yoga, y que proporcionan múltiples beneficios para el bienestar de una embarazada, entre los que destacan:
– Mejorar la postura
– Fortalecer la zona abdominal, dorsal y lumbar.
– Desarrollar más agilidad motora.
– Dormir mejor.
– Reforzar el piso pélvico.
– Prevenir la aparición de varices y edemas.
Ahora bien, además de la práctica de estas 2 actividades, los médicos aconsejan seguir estas recomendaciones:
1. Toma clases individuales en la medida de lo posible, y supervisadas por un entrenador personal, de manera que se adapten a tus requerimientos individuales y limitaciones.
2. Una buena recomendación es combinar 3 sesiones de pilates de 30 minutos con caminatas de 45 minutos y 2 veces al día.
3. Detén la actividad física cuando sientas algo de dolor o molestia.
4. Cambia de manera constante de posición, evitando permanecer con la misma postura durante más de 2 horas.
5. También es recomendable que la actividad física que realices te permita respirar bien, y que puedas mantener en control tus pulsaciones.
6. A partir del 3ª trimestre, evita los ejercicios de equilibrio de pie.
7. Manténte hidratada y consume los alimentos necesarios para asegurar el crecimiento saludable de tu bebé.
Cuéntanos ¿te ejercitas en esta etapa de gestación?
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