Nuestro cuerpo NO es el único que sufre antes, durante y después de un embarazo.
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Ser madres primerizas es un trabajo de tiempo completo. Conforme nuestro hijo va creciendo también lo hacemos nosotras. La vida nos da un giro de 180° y cambia completamente. Además de los kilos, antojos y desgaste que pueda llegar a sufrir el cuerpo, también nuestra mente tiene sus propios problemas.
Nosotras te decimos 5 estados emocionales que TODAS las mujeres tenemos al ser madres:
1. Piensas/actúas de más.
Después de ser madres vemos el mundo diferente: puedes re-ordenar tu recámara, el año, la cocina o toda la casa en general. Tomas medidas extremas para evitar que le suceda algo a tu hijo.
2. Euforia.
Un bebé es una bendición y la conexión madre-hijo es algo que ni la ciencia ha logrado explicar. Cuando la/o tienes en tus brazos eres la persona más feliz y eso es todo lo que necesitas, las preocupaciones y pendiente desaparecen por un momento.
3. Te abrumas fácilmente.
Sabemos que un recién nacido necesita mucha atención por lo que puedes descuidar los deberes del hogar y los personales. Cuando tienes un momento libre no sabes por donde comenzar la montaña de cosas que faltan por hacer.
4. Sientes mucho cansancio.
Los primeros meses del nacimiento son difíciles: no sabemos cuanto va a estar dormido, ni a que hora despertará o la razón exacta de por qué llora el pequeño. Dormir poco y las preocupaciones del día a día te desgastan por dentro y por fuera.
5. Dominas la situación.
Después de muchos meses y práctica eres una maestra en el arte de ser mamá. Sabes calcular el tiempo de sus siestas, identificas cuando es llanto de hambre, de cólicos o un berrinche. Poco a poco vas recuperando tu ritmo de vida e incluso llegas a mejorarlo.
A pesar de todo lo malo que pueda pasar al ser mamis, jamás cambiaríamos el haber traído a un angelito al mundo.