En los últimos años se ha vuelto mucho más fuerte el movimiento en pro de la leche materna. Hace algunas décadas, cuando se inventó la fórmula, algunos doctores pensaban que era mejor que la leche que producimos las mamás y ahora estudios tras estudios han comprobado lo contrario.
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La leche materna es una receta que lleva más de 300 millones de años perfeccionándose y los beneficios que tiene para los bebés son IN-CRE-Í-BLES.
Si bien casi todas las mamás tenemos claro que es turbo nutritiva, que tiene todos los anticuerpos que tu bebé necesita, que ayuda a prevenir enfermedades y que evita la obesidad infantil, tal vez no sabías este increíble dato que me dejó más impresionada que nunca.
De acuerdo a las nuevas investigaciones, la cantidad de nutrientes y anticuerpos de la leche materna cambia todos los días de acuerdo a las necesidades de un bebé.
¿Qué?
Es correcto, de ahí que los bebés que toman leche materna se enfermen menos y cuando se enferman, se puedan recuperar más rápido.
Esto pasa porque cuando un bebé toma leche directo del pecho de su mamá, se crea un vacío y ahí la saliva del bebé es absorbida por el pezón de la mamá. Así los receptores en las glándulas mamarias usan esta información para saber cómo está el sistema inmune del bebé.
Con esta información, el cuerpo de la mamá produce anticuerpos que el bebé necesita para luchar contra el virus o la infección en cuestión.
Es algo así como que tu cuerpo puede hacer medicina para el bebé a la medida.
¿No te parece algo increíble?
Compártelo con todas tus amigas con bebés para que estén igual de impresionadas que yo.
Photo by Leandro Cesar Santana on Unsplash
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