Disfrutar la vida íntima no sólo requiere experiencia, sino también conocer nuestro cuerpo y confiar en la otra persona.
Pero, además de esto, hay sencillos trucos que podemos poner en práctica y te los revelamos a continuación:
¡Toma nota!
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1. Deja los tabúes de lado.
La intimidad es una parte importante en la vida de las personas, y es una gran fuente de placer y bienestar.
Entonces, prueba nuevas posiciones y nuevas sensaciones sin vergüenza, sin catalogar si lo que te gusta es «moral» o «inmoral» o «si está bien» o «te hace una desviada».
Recuerda que la única aprobación que necesitas es la tuya; y si se siente bien y te gusta ¿por qué negarlo?
Luego te darás cuenta que tus más profundos gustos son más comunes de lo que piensas.
2. Conócete.
Es decir, toca tus partes íntimas y averigüa qué cosas te dan placer y deberías practicar con tu pareja.
Esto no lo lograrás de un día a otro; toma tu tiempo en explorar tu cuerpo y definir qué zonas son las que acaricias y te dan más placer.
No olvides que cada persona es diferente, y por lo tanto necesita distintas estimulaciones.
3. Ten seguridad.
Confía en tu cuerpo, en tus proporciones, y acepta que no eres perfecta pero que eso te hace especialmente atractiva.
Cuando te entregas emocionalmente eso seduce a tu pareja y hace que ambos lleguen al clímax muy rápido.
4. Relájate.
Olvídate de las cosas que no van bien, y aprovecha ese momento para relajarte y sentirte tranquila con tu pareja.
Entonces, vive el presente y trata de mantenerte concentrada en ese momento de intimidad.
5. Habla de la sexualidad con tu pareja.
Lo que te gusta o no, lo que le gusta a él o no, y lo que podrían practicar para la satisfacción mutua.
Si lo haces con honestidad, confianza, y sin vergüenza, será una experiencia súper divertida.
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