“No sé qué voy a hacer sin él”
Esta frase se nos aparece en la lengua cada vez que terminamos una relación… A todas las personas nos embarga un sentimiento de ir a la deriva cuando nos separamos de una persona, sobre todo si pasamos mucho tiempo juntos o si el cariño era profundo.
Según los psicólogos, esta desesperación se hace aún más intensa en las personas que tienden a incorporar a sus parejas dentro de la concepción de su mundo, las que se auto definen como parte de un 2.
Investigadores se han dado a la tarea de tratar de explicar cómo funciona nuestro cerebro cuando estamos enamorados y todas las consecuencias físicas y psicológicas que las relaciones románticas tienen en nosotros.
Y algunos han llegado a la conclusión de que esta sensación de vacío, esta pregunta existencial de “¿Quién soy sin él?” en realidad está asociada con nuestra propia percepción de crecimiento y desarrollo personal, algo así como llevar al extremo los libros de autoayuda que lees.
Sentir que estás creciendo como persona, que tu definición de ser se expande, es algo básico si quieres una vida satisfactoria y llena de sentido. Justo lo que ofrecen los libros de superación personal. (Literal Viktor Frankl y “El hombre en busca de sentido”).
Conforme crecemos nos volvemos muchas cosas: maratonistas, mamás, emprendedoras, blogueras, vegetarianas, esposas… Cada día le agregamos más descripciones a nuestra identidad. Sin embargo, una de las formas más confiables de saber que estamos siendo mejores personas, es empezar una nueva relación… O ser capaces de mantener una relación a largo plazo.
Las primeras citas son una de las formas más obvias de expansión de nuestro ser, cuando la otra persona te enseña todas esas cosas que no sabías que te gustaban y te pasas horas enteras haciendo nuevas actividades. Obviamente esto contribuye al desarrollo de tu persona y tu auto percepción te da una palmada en el hombro.
Estás haciendo las cosas bien.
Y esto es importante para ser feliz. De hecho, muchas investigaciones sugieren que las personas que creen que su pareja les abrió un nuevo panorama del mundo, son más felices. Por eso, las revistas femeninas siempre sugerimos que hagan nuevas actividades juntos, para que esta sensación de crecimiento en pareja no se pierda. Y entonces sean más felices… Juntos.
Y todo esto es muy bonito… Cuando estás con alguien. Y es justamente lo que hace que una ruptura se vuelva verdaderamente traumática.
Si el inicio de una relación es la dosis necesaria de “crecimiento personal”, entonces el final de una relación amenaza esa percepción de estar haciendo las cosas bien.
La ciencia ha demostrado que la gente siente que su autoestima se encoge cuando rompen con alguien, es muy real que tendemos a sentirnos incómodas con nosotras mismas y a vivir en una incertidumbre de no saber quiénes somos.
Y entonces viene la pregunta… ¿Quién soy sin él?
Esto ayuda a explicar por qué un rompimiento inesperado es tan perturbador, por qué hay personas a las que les falta el aire y dicen sentir que, literalmente, se les rompe el corazón. Es ansiedad en su más puro estado, esa ansiedad descrita por Kierkegaard que sugiere una parálisis frente a lo indefinido.
Terminar con alguien te para frente al abismo, un abismo en el que ni siquiera sabes quién eres.
Cortar es como si a un atleta le prohibieran volver a correr… Experimentaría esa misma ansiedad por haber perdido su identidad, por verse forzado a dejar de ser lo que él define para sí mismo: un atleta. Igual nosotras, nos definimos como la novia de… y cuando eso se termina nos paramos frente al abismo.
Esto puede parecer ridículo, pero no lo es y todas lo hemos experimentado. Ese periodo de duelo lo vivimos sí por el que se fue, pero sobre todo por nosotras mismas, por esa parte de identidad que nos quitaron.
La buena noticia es que, a pesar de todo lo horrible que se lee la forma en la que nos arruina sentirnos la novia de… este descubrimiento también nos va a ayudar a salir del hoyo mucho más fácil.
Si el problema es la pérdida de identidad, entonces necesitas crearte una nueva identidad que te satisfaga y te haga feliz, tal como dicen los libros de superación personal.
Concéntrate en recuperar tu identidad y fortalecer la percepción que tienes de ti misma como una persona individual y soltera, y eso se hace de 2 formas: o vuelves a hacer las cosas que te gustaba hacer con él y les encuentras el gusto a hacerlas sola… O te encuentras nuevas actividades.
Este es el consejo que todas las revistas femeninas damos cuando una amiga corta… Pero el propósito general era mantenerte ocupada y distraerte de tus pensamientos negativos.
Ahora el objetivo es que, a través de estas actividades, construyas algo nuevo de tu personalidad que ames, y así reconstruyas la idea de ti misma en crecimiento personal que perdiste con la separación.
Ahora todos esos consejos tienen mucho más sentido.
Así que ve a tomar esa clase de guitarra, a empezar a pintar o clases de salsa o cualquier actividad por cliché que sea… Siempre que aprendemos algo contribuimos a la expansión de nuestro ser, al desarrollo de lo que pensamos que somos y eso… Nos hace felices.
Sí hay luz al final del túnel…