Seguramente has escuchado acerca de Peter Pan, sí este personaje ficticio de películas y teatro, sin embargo, el Síndrome de Peter Pan, es todo menos un cuento de hadas, aunque sí puede llevar el drama de una obra de teatro.
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No es que las mujeres no podamos presentar el Síndrome de Peter Pan, puede ser que sí, sin embargo, es más común en los hombres.
Entablar una relación de pareja es complejo, enamorarte de alguien que tiene otros hábitos, aficiones, sueños e historia de vida, es un desafío.
Debe existir compatibilidad, armonía, empatía, respeto y comunicación, pero cuando la pareja es un eterno adolescente el amor es un completo DESAFÍO (sí, así con mayúsculas).
Síndrome de Peter Pan
En la historia Peter Pan, creado por James Matthew Barrie, Peter no crece, siempre tiene la misma edad, por ello, se le adjudica como referencia al Síndrome del Eterno Adolescente.
Unsplash/Lalelu2000
Esto significa que, sin importar su edad, existen hombres y mujeres que no terminan por madurar emocionalmente, esto se refleja en miedo al compromiso, escapar de responsabilidades o rebeldía antes «figuras de autoridad».
La inmadurez puede hacerse presente en las relaciones de pareja, pero también en contextos académicos, laborales o familiares.
Los eternos adolescentes se rehúsan a crecer y asumir los roles que la vida real les pone enfrente.
Se aferran a no crecer al quedarse con las mínimas responsabilidades, tampoco aprenden a identificar, trabajar y comunicar sus emociones.
El Síndrome de Peter Pan viene desde el interior de la persona, de su inseguridad, falta de autoestima o heridas emocionales.
Incluso, pueden ser personas que por su apariencia puedan percibirse con mucha seguridad o con egos altos.
En la pareja…
Este síndrome sí puede verse como la ropa en el piso o trastes sin lavar, pero no es sólo eso, es todo lo que hay atrás del hecho, es la actitud, es la intención, es la voluntad…
¿Estás con o eres un eterno adolescente?
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