Ser generosa en una relación amorosa es algo positivo, pero cuando se convierte en algo excesivo, puede llevar al desequilibrio emocional, dependencia o incluso a la pérdida de tu identidad.
Incluso, vas a terminar siendo usada por tu pareja y te verá como alguien de la que se puede aprovechar, aunque la ame.
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Entendemos que eres generosa, porque lo amas o porque crees que él lo vale, pero todo tiene un límite y más cuando no estás recibiendo lo mismo que brindas.
Por esto, necesitas abrir los ojos y darte cuenta de que tu generosidad te está pasando la factura y que solo se están aprovechando de ti.
Señales de que eres demasiado generosa con tu pareja
1. Siempre cedes tú.
Si constantemente eres tú quien cede en discusiones o decisiones importantes para evitar conflictos o hacer feliz a tu pareja, debes ver que algo no está bien en la relación.
Porque ese hombre no es capaz de dar su brazo a torcer por ti, mientras que tú siempre sacrificas todo.
2. Das más de lo que recibes.
Sientes que tú haces más esfuerzos, sacrificios o actos de cariño, mientras tu pareja apenas corresponde.
Incluso, tienes que pedirle que te dé lo mínimo y hasta eso le cuesta trabajo.
3. Descuidas tus propias necesidades.
Ignoras tus emociones, tu salud o bienestar para atender las necesidades de tu pareja no es algo sano ni de una relación amorosa mutua.
Porque tu vida se ha convertido en un cero a la izquierda para complacer a un hombre que no hace lo mismo por ti.
4. Te sientes culpable si no das.
Siempre experimentas culpa cuando no puedes ayudar, apoyar o dar algo, aunque estés agotada o no tengas recursos.
Eres tan generosa que crees que debes quedarte sin nada para hacerlo feliz, pero te equivocas.
5. Tu pareja se ha acostumbrado a recibir.
Notas que tu generosidad ya no es valorada, sino esperada como algo normal. Has dado tanto que ni siquiera eres agradecida o apreciada, ahora es algo a lo que estás obligada a hacer.
6. Evitas hablar de lo que te molesta.
Callas tus frustraciones o molestias para no causar problemas, manteniéndote siempre en el rol de “la comprensiva”.
Crees que así tu relación será mejor o que puedes dejarte para después, pero te equivocas.
7. Justificas conductas negativas.
Siempre excusas comportamientos egoístas o incluso tóxicos de tu pareja con tal de mantener la armonía.
Piensas que solo es una etapa o que no es tan malo como parece, y esto es una forma más de cegarte y ser generosa en exceso.
8. Tu autoestima depende de lo que das.
Sientes que tu valor como pareja se basa en cuánto haces o das, no en quién eres. Te has perdido tanto que crees que se trata de cantidad y no de calidad.
9. Te agotas emocionalmente.
Estás mental o emocionalmente drenada por la carga de dar tanto sin recibir apoyo igual. Incluso, tienes miedo de que te dejen si no das lo máximo de ti.
Existe un temor profundo a perder la relación si dejas de ser tan complaciente o generosa y eso no es nada sano y deberías ver que estás en una relación tóxica y con un hombre que no te valora.
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