Si tu ligue, crush o “pareja”, se aleja y después regresa a ti, no es por amor, sino porque te ve como una opción fácil.
Así como lo lees, ese hombre no te quiere ni tampoco te está valorando o respetando, solo te está usando a su conveniencia.
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Te tiene esperando, te abandona, te engaña, te usa y se aleja, y después regresa a ti porque tiene claro que siempre lo vas a recibir con los brazos abiertos.
Él ya te tomó la medida y le es muy fácil convencerte de que, en esta ocasión, será la buena, pero es momento de abrir los ojos y ver que no es así.
¿Él siempre regresa a ti? No es por amor, sino porque te considera fácil
1. Solo te busca cuando le conviene.
Te escribe o aparece cuando está aburrido, solo, o necesita algo (intimidad, compañía, validación).
Desaparece durante semanas o meses y vuelve como si nada, y claro está, siempre es por algo que necesita y cuando lo obtiene, se vuelve a alejar.
2. Evita hablar del pasado o de comprometerse.
No muestra arrepentimiento por cómo te trató antes y cambia de tema si le hablas de lo que pasó o de tus sentimientos.
3. Su interés es superficial.
Se enfoca en lo físico o en pasar el rato, no en conocerte de verdad ni en construir una relación emocional.
Siempre hay halagos vacíos, coqueteo superficial, pero sin profundidad y sin ganas de tener una relación real, solo se enfoca en algo fácil y sin complicaciones.
4. Te da lo mínimo para mantenerte enganchada.
Hace lo justo para que no lo bloquees, es decir, te manda un mensaje cariñoso, una promesa vaga, una cita rápida.
No hay consistencia, ni esfuerzo real, ni planes a futuro.
5. Evita presentarte en su entorno.
No te incluye en sus planes ni te presenta a amigos o familia y te mantiene “oculta” o como una opción secundaria.
Él tiene claro que solo estarás por un momento en su vida y por eso no se complica en darte tu lugar en una relación que no existe.
6. Te hace sentir que eres tú quien siempre quiere estar disponible.
Da por hecho que siempre lo vas a recibir, perdonar o aceptar de vuelta. No muestra preocupación por cómo te sientes tú o lo que necesitas.
Te hace pensar que sus acciones no son negativas y que por eso debes ceder con tanta facilidad a que juegue con tus sentimientos.
7. Te manipula.
Frecuentemente, te controla o te mantiene a su lado, al decirte frases como: “Tú siempre estás ahí para mí”, “nadie me entiende como tú” y “sabía que podía contar contigo”.
Estas frases pueden sonar lindas, pero muchas veces son tácticas para reabrir la puerta sin tener que comprometerse o disculparse.
8. Te presiona para retomar lo físico rápidamente.
Intenta retomar relaciones íntimas como si no hubiera pasado nada y no te pregunta cómo estás emocionalmente ni muestra interés en sanar heridas.
9. Actúa diferente en privado que en público.
Contigo es cariñoso o seductor, pero en redes sociales o con los demás actúa como si no existieras. No solo te considera fácil, también te ve como alguien que debe ocultar o mantener en secreto.
10. No hay coherencia entre lo que dice y lo que hace.
Promete cambiar o empezar de nuevo, pero sus acciones dicen lo contrario. Usa palabras bonitas pero sin respaldo con hechos.
Siempre te quedas esperando cambios reales o sigues aceptándolo porque crees que puedes cambiarlo, pero no es tan fácil como parece.
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