María Félix dijo: “A un hombre hay que llorarle tres días y al cuarto te pones tacones y ropa nueva”, y vaya que tenía razón.
Llorar te libera el alma y te permite soltar todo el dolor que te dejó ese mal amor. A través de las lágrimas podrás deshacerte de las decepciones, traiciones y el sufrimiento que te causó esa relación.
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Tal vez, creas que 3 días no son suficientes para llorarle y que tú necesitas más o no te quieres limitar y está bien.
Sin embargo, no hagas que la separación o su traición dure una eternidad, porque no vale la pena.
Razones para llorarle 3 días a tu ex (para después recordarte que eres una gran mujer)
El propósito de llorar no es que se lo dediques a él, sino a ti. Te enamoraste, confiaste en alguien y pusiste todo de tu parte para que funcionara, pero fracaso.
Y no está mal, lo intentaste, pero en está ocasión te tocó perder.
No fue tu culpa, ni debiste quedarte en una relación que ya no te hacía feliz, tomaste una decisión y era lo correcta. Fue dolorosa, pero con el paso del tiempo lo entenderás y la agradecerás.
Llorarle solo tres días a tu ex te permitirá entender que debes amarte más a ti en todo momento, necesitas valorarte y entender que él se fue, pero tú estás ahí para ti y mereces algo mejor.
1. Al llorarle 3 días, no le entregas tu amor propio.
Si le lloras más de tres días, le estarás entregando tu amor propio. No es justo que te quedes vacía por alguien que no te supo valorar.
Debes reconsiderar valorarte más y permitirte soltar lo que te hace daño.
2. No te amargas.
Si le lloras más de tres días la amargura llenará tu corazón, sentirás que no hay nada positivo en ti porque lo que creías era tu mundo te ha dejado sola.
Cuando en realidad la perspectiva que debes plantearte es que tienes la oportunidad de conocer a alguien que sí valga la pena.
3. No te vuelvas esclava de tu pasado.
Lo que se fue se fue y lo que pasó, pasó. Esto es lo que debes implementar en tu vida después de esa ruptura difícil.
Recordar una y otra vez la decepción de ese amor solo provocará que te sientas infeliz contigo misma y que vivas “atesorando”, lo que ya no está en tu vida.
No importa nada más que el presente porque de él depende tu futuro.
Si no sueltas el pasado no podrás ver lo valioso que tienes en tu presente y lo prometedor que es el futuro.
4. Dejas de ser tú misma.
Llorarle una eternidad implica que tu autoestima se vaya al suelo, y que te ates a alguien que no está a tu lado y no tuvo el valor de quedarse a luchar por tu amor.
Dejas de ser tú, para convertirte en alguien que no reconoces y que no quieres.
Llorarle 3 días implica ponerle un límite a esa decepción y entender que mereces a alguien mejor, tal vez, no al instante, pero sí en algún momento de tu vida.
Dale poco tiempo a sufrir por su desilusión, así podrás reencontrarte con tu verdadero amor, ¡tú!
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