Mi mejor amigo se enamoró de mí y en cuanto estuve soltera, después de una relación larga, me lo confesó.
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«Comprendí que tú no eras para tanto ni yo para tan poco»
Hace unos años, fácil más de 15, mi mejor amigo me invitó al cine, ahí, justo cuando las luces se apagaban me volteo a ver y mientras mi mano me llevaba la primera palomita a la boca, me dijo:
«Estoy enamorado de ti, quisiera que me dieras la oportunidad de hacerte feliz».
Recuerdo el brillo de sus ojos, su mirada honesta, su nerviosismo en el tono de su voz.
Me dije en la mente: «Mi mejor amigo se enamoró de mí».
No supe qué decirle, me quedé en silencio, viéndolo, con la mano en mi boca. Después de unos segundos, sólo se me ocurrió decirle «¿hablamos después de la peli?», él, sonrió con resignación y dijo, «claro».
Ni siquiera puedo recordar la película, fueron casi dos horas de pensar qué contestarle.
Cuando salimos de la función, nos sentamos a charlar, debo decir que él tenía unos ojos verdes preciosos, aceitunas decoradas con pestañas largas y chinas.
Tuve que ver esos ojos para decirle, «no quiero perder tu amistad», por no decirle, «no me siento atraída hacia ti», ¿te ha pasado?
Después de ese día, nuestra relación no fue la misma, nos distanciamos, él hizo su vida, yo la mía, hasta que un buen día, tomé el teléfono y le llamé a su casa, por fortuna él estaba ahí y pudimos hablar como antes, hicimos las paces.
Un par de años después, me invitó a su boda, él ya había ido a la mía, y vi el gran amor que le tenía a su mujer.
El día de la boda ella estaba hermosa, sonriente y él, con más del doble de años de los que lo conocí, la miraba con sus mismos ojos verdes, con amor y admiración.
Le juró amor eterno, la hizo la novia más feliz del mundo…
Poco después de su boda, yo me separé de mi pareja y él fue un apoyo importante durante mi duelo, siguió ofreciéndome su amistad.
¿Quieres saber qué es lo que me perdí por no darle el SÍ a mi mejor amigo?
NADA, no me perdí de nada, las cosas fueron como debían ser. Él seguiría siendo mi mejor amigo y yo su mejor amiga.
Aunque la vida nos ha dado lecciones distintas y dolorosas, no estábamos hechos el uno para el otro.
Aunque éramos muy afines y nos llevábamos súper bien, en verdad, muy bien, faltaba, de mi parte, atracción, química y no podía quedarme a su lado, sólo para dejarme amar.
Eso no hubiera sido leal, él se merecería alguien que sintiera por él la misma energía, las mismas ganas, el mismo deseo.
Sonreí, les desee lo mejor, yo seguiría con mi vida, viviendo lo que llegara, con la consciencia tranquila de saber que aún tenía a mi amigo y su felicidad.
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