Puede que nos encanten los bebés, seamos las más niñeras de la fiesta y que nunca lloren en nuestros brazos pequeños que acaban de conocernos, pero la verdad es que al momento de pensar en la maternidad como algo serio vienen los cuestionamientos reales.
La solución perfecta en caso de no querer ese tipo de compromiso en este momento es ¡ser tía!
Aquí te compartimos los momentos en lo que ser tía es mucho mejor que ser mamá:
1. Cuando llora
De inmediato te suda la frente porque no sabes si es un cólico, hambre, sed, frío, calor, sueño… así que en cuanto pega el primer grito de llanto, el bebé va a brazos de su madre, mientras, ya lo disfrutaste dormidito cual angelito o de buenas.
2. Cambio de pañal
La que tiene la experiencia y sabe cómo hacerlo es la mamá, así que librando al bebé de una mala rozadura es mejor dejar el caso en manos de expertos.
3. Eres la divertida
Claro, no eres la persona que se encargará oficialmente de su educación, como dicen las abuelitas, serás la tía alcahueta que podrá llevarlo al parque, al cine o a su primer bar, así que será fabuloso ver correr al pequeño hacia a ti cuando cruces la puerta.
4. Regalos y más regalos
Si los papás siguen esa forma de educación de no darle «todo» (o así le dijeron al último triciclo azul con tiritas de plástico en el manubrio), podría pasar que sin saberlo, tú llegues a casa con ese regalo para tu sobrino y eso lo enganchará más a ti.
5. No tendrás tantos gastos
Aunque vas a invertir una buena parte de tu sueldo en consentirlo, no se comparará con lo que sus papás deben destinar de sus salarios para su manutención, así que podrás irte de viaje sin remordimiento y además traerle un souvenir.
6. Lo cuidas por ratitos
Claro, es obvio que te preocuparás y le echarás ojo, pero podrás disfrutar de fiestas o reuniones sin mayor preocupación.
7. Podrás darle probaditas
Un poco de galleta, limón, helado… No podrás resistirte a su carita pidiéndote de lo que comes así que le darás un poco y aprovecharás para ver sus hermosos gestos.
8. Serás una amiga
Habrá cosas que no quiera compartir con sus papás y sea a ti a quien le tenga la confianza para contárselas.
9. Tu bolso
Seguirás peleando por encontrar en el fondo de tu bolsa el lipstick mocca que te acabas de comprar y no tendrás que hacerle la lucha a sonajas, biberones o juguetitos que anden por ahí.
Ser mamá es maravilloso, pero ser tía es de las mejores experiencias que podrás vivir.