Sí, me quieres, pero no de la forma en la que deseo…
Dicen que el amor es ciego, pero a veces también lo es tonto y muy terco. Eso lo entendí, cuando comencé a amarte.
Me enamoraste desde el primer segundo en el que nos conocimos, supe que tendríamos una gran historia de amor.
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Tus palabras me conquistaron y me endulzaron el oído. Me decías todo lo que yo quería escuchar fuera bueno o malo.
Pero tus acciones no decían lo mismo. Cuando podías me tratabas con indiferencia o incluso sin respeto. Me querías a tu manera y yo lo permitía.
Sí, me quieres, pero cuando tú quieres…
Con el paso de los meses lo entendí, me querías, pero no me amabas… Me querías, pero cuando tú querías. Todo debía ser según tu forma de ser.
Yo no contaba en la relación, simplemente era un bonito adorno que se hacía presente debes en cuando.
Algunos días me demostrabas que yo era tu prioridad y en otros simplemente que te estorbaba.
Con el tiempo me cansé de la situación, quería que me amarás todos los días y no solo cuando tú querías.
Deseaba con todas mis fuerzas que te dieras cuenta de que yo era la indicada para ti. Sin embargo, todo fue en vano.
No porque yo te diera todo significaría que tú lo ibas a hacer de la misma forma. Simplemente no eras el uno para el otro o mejor dicho no sentíamos lo mismo.
Ahora me doy cuenta de que debo estar con alguien que me ame de verdad y no solo unos cuantos días.
No te guardo ningún rencor, pues sé que yo permití que tú me amarás de esa forma. No solo fue tú error también fue mío.
He abierto los ojos y me di cuenta de que te ame mal e incluso que merezco a alguien mejor, que sea valiente y que se atreva amarme, en las buenas y en las malas.
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