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Más intimidad y menos amor: las relaciones en el siglo XXI

¿Te suena familiar?

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Los que nacimos después de 1980 somos la generación del Fast Sex & Slow Love y es lo mejor que ha podido pasarnos.

Nunca antes habíamos sido tan conscientes del valor de una relación estable y que por eso somos mucho más cuidadosos a la hora de compartir nuestra vida con alguien.

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Más intimidad y m enos amor

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Esta generación, los que estamos leyendo esto en un iPad o en nuestro teléfono, que lo encontramos a través de Facebook y lo vamos a discutir en una reunión con nuestros amigos mientras vemos Netflix, somos los que estamos teniendo relaciones más estables y felices.

Nosotros ya no necesitamos a alguien para sentirnos completos, hemos aprendido a estar solos. No creemos en tener hijos por presión social, elegimos ser padres a la edad en la que nos sentimos capaces de mantenerlos.

No estamos dispuestos a ser infelices, por lo que le perdimos el miedo al divorcio.

No perdimos los valores, los hemos cambiado por unos más auténticos.

Esto se refleja en la forma en la que construimos nuestras relaciones.

Con los métodos anticonceptivos en la cama y los tabús sexuales fuera de ella, le hemos abierto la puerta a las relaciones informales, poniéndonos en una posición privilegiada para valorar la conexión emocional que el sexo casual nos puede dar.

Nosotros estamos viviendo el resultado de permitir que la historia se cuente al revés, encontrando una intimidad emocional que resulta de la conexión física, sin presiones.

Hoy más que nunca estamos eligiendo realmente a nuestras parejas, independientemente de las personas con las que tengamos relaciones.

Aprendimos a separar las necesidades físicas de las emocionales, dejando de ser dependientes de la estabilidad de una pareja para disfrutar del sexo. Sin embargo, apreciamos el buen sexo y la buena compañía que pueden evolucionar en una relación a largo plazo.

No es que no queramos un compromiso, es que queremos un compromiso de calidad con una persona que nos complemente como esperamos.

Según esta encuesta, los “amigos con beneficios” se convierten en exclusivos después de 4 semanas o 6 encuentros casuales, aunque exclusividad no significa compromiso.

Estamos teniendo una intimidad física más rápida… Esto nos lleva a crear hábitos con “desconocidos” que se pueden transformar en una relación tan seria y profunda como la que tuvieron nuestros padres, sólo empezando al revés.

“Cuando compartes tu cama, tu cepillo de dientes, tus orgasmos y la topografía de la celulitis en tu trasero con un desconocido, la intimidad es real. Sólo esto sucede antes que la familiaridad.”Maureen O’Connor

Con información de nuestro partner El Personalista.

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