Hay una parte del amor que te marca para toda la vida cuando hay una separación, y contrario a lo que se podría pensar no son los recuerdos.
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Parte del amor que te marca…
No, no son los recuerdos, no es lo vivido, no son las experiencias compartidas, eso es lo que duele cuando debemos acostumbrarnos al adiós.
Es del pasado donde surge el dolor, pero lo que causa la frustración, la impotencia y la profundidad de la cicatriz es lo que no llegó, los planes interrumpidos abruptamente.
Lo que marca la vida es saber que teniendo todo para ser felices, hubo un problema que los distanció, una falla que los separó, un error que no tuvo arreglo.
Entonces, los viajes no cumplidos, los sueños que comenzarán a esfumarse, incomodan y taladran el corazón.
Es el futuro no cumplido el que marca el corazón. La expectativa que no encontró lugar para cumplirse y hacerse a la día de que esas oportunidades de felicidad, aprendizaje o crecimiento, ya no llegarán.
Si estás pasando una separación…
Tómate tu tiempo para sanar lo que nunca ocurrió, para asimilar que no estarás en los lugares en donde hubieras querido estar pero que ya no será posible.
Entiende que es mejor ver de frente al presente para que lo que no fue estorbe menos, y sí, duela menos también.
Llegará el momento en el que te liberes, por ahora, estás en la batalla de olvidar y sanar. Mientras esto pasa, tu marca se hace y tendrás que aprender a vivir con ello, por ti y por tu amor propio.
Sé paciente contigo, sé amable y cálida.
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