Desde pequeña me han enseñado que soy una mujer inteligente, poderosa, hermosa, amorosa y que merezco lo mejor. Desde un buen amor hasta una profesión que me apasione.
Mi familia y la vida me han enseñado que si yo respeto y amo a las personas que están en mi entorno debo recibir exactamente lo mismo.
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Con el tiempo, algunos hombres me han enseñado lo mismo de diferentes maneras, desde la buena hasta la mala. Desde siempre supe que merezco un buen amor, pero ellos llegaron a recordármelo y a reforzar ese pensamiento.
No necesito a cualquier persona en mi vida, necesito a un hombre que esté dispuesto a darme todo lo que merezco:
7 hombres que me han enseñado que merezco un buen amor
1. Mi papá.
Desde pequeña él no solo me ha tratado como una princesa, sino que me ha demostrado que merezco lo mejor de la vida. No solo porque soy su hija, principalmente porque soy una mujer que sabe darlo todo por amor.
2. Mi abuelo.
Aún recuerdo sus frases “no te vayas con el primero que te hable bonito”, “el amor se demuestra con acciones”, “quiérelo mucho, pero amate más a ti”.
Sus consejos me han demostrado que necesito a alguien que luche por mí todos los días y no de vez en cuando.
3. Mi mejor amigo.
Mi cómplice de un sinfín de aventuras, el amor de mi vida, pero sin ningún deseo sexual. Él me ha recordado todos los días que merezco un hombre que me cuide, me ame y me respete.
Que sea capaz de ser mi compañero de vida y no solo un amor momentáneo.
4. Mi primer amor.
Él que llegó para hacerme sentir el amor de verdad. Aunque no todo puede ser miel sobre hojuelas siempre se puede amar bien.
5. El innombrable.
Sí, este sujeto me enseñó que merezco un amor bonito y no uno mediocre. Me recordó que necesito todo lo contrario a él.
6. Al que no quise.
Aquel hombre que era “ideal” para mí, pero que no me hacia sentir nada. Él me recordó que no debo estar con alguien que no me llene por completo, que debe ser todo y no solo por conveniencia.
7. El que no quiso quedarse.
Pareciera el hombre perfecto, pero al final su soltería e indecisión pudo más. Sí me amaba, pero no estaba dispuesto a sacrificarse por otra persona que no fuera él.
Mientras yo le daba todo, él solo daba sobras de amor.
Siempre debes tener presente que mereces un buen amor y que llegará la persona correcta para darte ese amor.
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